Capitulo 22.

885 32 0
                                    

La razón por la que Jesica había llevado a Nicholas a ese lugar era simple de entender. Él le había mostrado a ella su lugar favorito y en el que conseguía evadirse de todo y de todos, y Jesica acababa de hacer lo mismo. La única diferencia era que a ella le había costado más decidirse. Aquella playa era muy poco conocida, sólo un par de personas tenían la suerte de saber de su existencia. Y ese era uno de los motivos por los que Jes adoraba tanto ese lugar. Durante toda la noche había estado debatiéndose entre darle la oportunidad de conocer ese sitio o dejarlo estar. Su cabeza decía que lo adecuado era olvidar el tema y no mostrarle nada. Pero algo dentro de ella le afirmaba que se estaba equivocando, que debía hacerlo. Al cabo de tres horas pensando el asunto, decidió tomar la decisión que su interior le aconsejó. Y ahora tenía claro que había hecho lo correcto.

Jesica acababa de pisar el freno para quedar justo enfrente del bloque de edificios que le había indicado Nicholas. Una vez más, él iba detrás de ella. Aunque en su defecto, ésta vez optó por sujetarse a ella sin que nadie tuviera que decírselo.

— Me ha sorprendido —admitió Nick sin dejar ver a qué se refería. Acababa de bajarse de la moto y se encontraba frente a Jes, la cuál tampoco estaba montada.

— ¿El qué? ¿Yo y mi moto? —musitó Jesica con cierto aire presumido dando por hecho que ese era el motivo.

— A ver, gírate un momento —le pidió.

Jes frunció el ceño sin saber por qué había optado por cambiar de tema —o por lo menos eso creía ella—. No obstante, le hizo caso sin oponer resistencia puesto que quería saber a qué se refería con eso.

— Sí, estaba en lo cierto —hizo una pequeña pausa, la justa antes de que Jesica siquiera se plantease voltearse— Estos pantalones te hacen un culo estupendo.

Y sin añadir más, Nicholas alargó su mano y golpeó el trasero de Jesica. Tenía que admitirlo; estaba deseando hacerlo. Cuando contempló cómo sus nalgas se movieron a causa del acto, tuvo que controlarse. Una especie de calentón estaba naciendo dentro de él. Y se alegró de ello, en ese instante sintió que era el Nick Jonas que todos conocían.

¿Una palmada en el trasero de Jesica, y un futuro calentón debido a eso? Sí, acababa de actuar el Nick Jonas de siempre.

— Pero, ¿¡qué coño estás haciendo!? —bramó Jes en cuanto se giró con la mano preparada para abofetear a Nicholas.

Era tarde, él acababa de huir corriendo hacia su piso.

— ¡Buen trasero, McAllen! —le gritó.

«¿Cómo mierda siempre consigue salirse con la suya?», pensó Jesica en alto.

Otro día había comenzado.

Alex movía inquietamente su dedo pulgar sobre la mesa cuadrada de madera. Con su mano contraria sujetaba varias cartas de póker, a las cuáles no les quitaba la vista de encima.

Nicholas, que se encontraba frente a él, observaba sus movimientos con cautela. Su incesante movimiento con el pulgar indicaba que estaba nervioso. Por lo tanto, el subir la apuesta era solo un farol. Nicholas dobló la apuesta.

Liam, sentado a uno de los laterales, acariciaba una y otra vez su barbilla pensando en qué debía hacer. Observó su ocho de corazones y optó por pasar. La mano que llevaba en esos momentos no le inspiraba, posiblemente perdería todo el dinero que apostase antes que ganar un solo centavo.

— Muestra —espetó Alex haciendo un pequeño ademán con su cabeza.

Nick sonrió de lado a la vez que elevaba una de sus cejas. Su mirada penetrante intentaba contarle a Alex que sabía qué tramaba, pero él no pareció entenderlo.

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora