Capitulo 55.

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Nicholas se encontraba sentado en el cómodo sillón de su oficina, con las piernas sobre el escritorio mientras hablaba por teléfono. Jugaba con una pelotita lanzándola por los aires y volvíendola a coger. Al otro lado de la línea, se encontraba Tracy contándole qué sucedió después de que él y Jesica se fueran aquella noche del Club de Campo. Realmente no le interesaba mucho, le traía sin cuidado qué podían haber pensado o comentado, lo único que le interesaba era la chica que había tenido las agallas suficientes para mostrarle al impresentable de Charlie de qué estaba hecha.

Alex entró a la habitación, no lucía del todo bien. Nick frunció su ceño y se encogió de hombros hacia él, mostrando de ese modo una pregunta no formulada, la cual era qué le pasaba. Él negó con la cabeza y sonrió para después acercarse a la cafetera y verterse una buena taza de café. Nicholas extrañó que se echase tanto, Alex no era tan adicto como él.

Nick emitió un sonido afirmativo hacia el teléfono para que su madre supiera que seguía ahí, pero realmente no estaba prestando ni la más mínima atención. Se había quedado examinando a Alex, había algo en él que no terminaba de cuadrarle y no sabía qué.

— Dentro de una semana como muy tarde me voy de viaje, hijo —musitó al otro lado Tracy cambiando por completo el sentido de la conversación.

— ¿A dónde? ¿Con quién? ¿Cuándo? —preguntó como un padre sobreprotector, imagen que le causó ternura a su madre.

— Con las chicas del club. Iremos a Florida, queremos ver la costa.

— ¿Florida? No creo que sea lugar para ti, mamá.

— Gracias por llamarme vieja, Nicholas. Siempre es un placer escucharlo de tu propio hijo —masculló sarcásticamente.

— No me refiero a eso —o tal vez sí que lo hacía.

— No vas a impedir que lo haga —Nick se calló unos segundos.

— De todos modos, te mantendré vigilada —Tracy rió al otro lado, lástima que no supiera que esa frase podía ir muy en serio.

Tras colgar el teléfono, volvió a posar su mirada en Alex, quien seguía de pie cerca de la cafetera tomando su café.

— ¿Tu madre?

— Sí, tiene planeado otro de sus viajes —dijo él rodando los ojos.

— Ella sí que sabe disfrutar de la vida —intentó sonreír, pero solo consiguió hacer una mueca.

Alex era igual que Nicholas en el aspecto familiar, su única prioridad era su familia. Su madre padecía de alzehimer desde hacía un par de años, así que vivía con ella para hacerse cargo. Contrató a una cuidadora que se encargaba de ella el tiempo que él no estaba en casa, que —debido a su peculiar trabajo— era más del que deseaba. A pesar de ser un capullo con las tías, tenía su corazoncito, aunque solo estuviera ocupado por su madre. En cuanto a su padre, falleció hacía ya varios años. La única familia con la que contaba era su madre —puesto que era hijo único—, estaría dispuesto a hacer cualquier cosa por ella.

Nick frunció de nuevo el ceño cuando se quedó mirando fijamente el ojo derecho de Alex, ¿lucía morado o era su imaginación?

— ¿Qué te ha pasado en el ojo?

— Es una larga historia —dijo evadiendo claramente la pregunta a la vez que le daba la espalda a su mejor amigo.

Cada vez su comportamiento le parecía más extraño. Con una mano sobre su estómago, se encorvó lentamente para tomar asiento en el sofá del cuarto mientras ponía una gran mueca de dolor.

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora