Capitulo 4.

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— ¿¡No has oído que te ha pedido que no la toques!? —bramó alguien a sus espaldas.

A Jesica, por algún motivo, esa voz se le hacía familiar. La había escuchado en algún otro lado, estaba segura.

Arthur se dio la vuelta, liberando así a la chica de ojos verdes, para verse de frente con quien había osado meterse en conversaciones ajenas. Un chico de pantalones negros y camisa blanca ajustada, con dos de sus botones sueltos hizo acto de presencia. Después de que el chico alto se quitara del campo de visión de Jesica, ésta pudo reconocer quién era.

Pero, ¿qué demonios? Era él, Nick Jonas. El mismo chico con el que había estado batallando sin ni siquiera conocerlo estaba ahora defendiéndola.

— ¿Se puede saber quién mierda eres tú? —el ambiente se tornó a tenso en apenas dos segundos.

— El mismo que te va a partir la cara como vuelvas a tocarla, ¿entendiste? —le advirtió Nick con tono amenazador.

— Mira niñato.. —comenzó a pronunciar Arthur acercándose a él con aires de superioridad. ¿Es que no había entendido las palabras de Nick?

Pero por desgracia para él, Nicholas lo cogió por el cuello de la camisa y lo empujó contra la pared.

— Mira niñato —imitó las palabras de éste segundos antes— Tú no me conoces, soy Nick Jonas —y por arte de mágia, la cara del individuo cambió por completo; haciendo que sus ojos se hiciera dos tercios más grandes. Estaba claro que sabía quién era— Como le vuelvas a dirigir la palabra o la vuelvas a tocar, yo mismo me encargaré de perseguirte y dejarte sin vida. ¿Estamos? —finalizó Nicholas bajo la espectante mirada de Jesica.

Arthur asintió ciertamente asustado, no quería demostrar que era así. Pero la expresión de su cara hablaba por sí sola. Le faltó tiempo para salir corriendo cuando lo soltó.

Nick miró a Jesica, quien poseía una cara totalmente descompuesta, apenas sin expresión mientras mantenía una mirada fija hacia él.

Nicholas cogió su mano sin ni siquiera pensar en el acto y la sacó de allí para llevarla a que tomara el aire, seguro le vendría bien. Concretamente a un pequeño parque que se encontraba al lado del local.

— ¿Te encuentras bien? —preguntó algo preocupado Nick al ver que la expresión de la chica no había cambiado mucho en los últimos segundos.

Jesica estaba sentada en uno de los bancos del pequeño parque, analizando la escena que acababa de vivir, los recuerdos que habían acudido a ella y frenando los pensamientos de: «¿Qué hubiera pasado si no llega a estar Nick?».

— Creo que estoy reconsiderando denunciarte por acoso —musitó Jes pasados unos segundos.

Nick la miró estupefacto.

— ¡Acabo de salvarte de las manos de un depravado y ¿eso es lo que me dices?! ¿Ni siquiera un maldito «gracias»? —vociferó Nicholas tras la contestación de Jesica.

— ¡Hey! Sólo estaba bromeando. Perdón —Nick la miró de reojo no muy convencido de sus palabras— De verdad, lo siento —musitó ella sincera.

Él se fió más de su tono y se sentó junto a ella, en el banco. La miró fijamente, esperando su agradecimiento.

— Lo siento —pronunció de nuevo dejándole ver una pequeña sonrisa en sus labios. Acto que a Nick le encantó, estaba aún más guapa cuando sonreía. Ya que no había tenido el privilegio ver ese acto por su parte— Te agradezco enormemente que me salvaras de ése bastardo —espetó Jesica con asco hacia cierto individuo.

El principal detonante [Fanfiction].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora