Terminamos de desempacar, mamá dijo que iría por provisiones, despensa y demás. Mientras, Minna salió a el jardín trasero (que era prácticamente un pequeño trozo de pasto) y comenzó a jugar con sus muñecas; Ellie se le unió un poco más tarde. Pero ella juega rudo así que Minna se desespera al ver como estropea su cuento de unicornios, arco iris y príncipes que salvan el día. Recordaba cómo era jugar con Julián cuando éramos pequeños. Yo hacía recortes de cartón a modo de nave, me vestía de princesa y modificaba el disfraz. Jugábamos a las princesas y aliens en el espacio.
-Libb- dijo Julián por detrás. Dí un brinco
-¿Qué cosa? - dije hostil y malhumorada.
- ¿No te parece que los vecinos son algo... Extraños?
-Una chica con poco seso y sueños inalcanzables, un muchacho guapo e inteligente que no sabe qué hacer con su vida y unas gemelas. ¿Eso que no es raro?
-No, no lo es. Quiero decir, ¿te gustaría entrar a averiguar quiénes son?
Por dios. Mi querido hermano había perdido por completo la cabeza. >>¡No claro que no! ¿A caso eres idiota?<<
Si, si, lo pensé pero la idea era macabramente intrigante, interesante y tentadora. Julián y yo creamos un plan maestro, nos haríamos amigos de ellos para tener acceso a su casa, luego que supiéramos a qué hora no están, entraríamos a hacer una inspección maestra. El plan comenzó y yo sería la primera en hacer el movimiento esencial.
Salí y me topé con uno de los guapos vecinos regando el pasto.
El chico del tatuaje de calavera. Era una calavera con ojos de diamante negro. Era muy extraño.
-Hola- dije casualmente recargándome en la reja que dividía la calle del jardín de esa descuidada casa. El apuesto hombre, volteó dejándome ver sus increíbles ojos grises. Quedé asombrada.
- ¿Nueva, no?-dijo cerrando el paso de la manguera y prestándome toda su atención. Jamás en la vida me había sentido tan especial. Me puse nerviosa y comencé a jugar con mis manos
-Pues... En, realidad, si, yo, soy nueva. Si, si nueva. Aquí. En la...- me interrumpió de golpe
-¿Quieres ir a bailar en la noche?
Increíble. Estaba tentada a decir que si, pero recordé un pequeño detalle
-Perdona, tengo novio. No, no puedo.
-Dije bailar no "se mi novia". Además, está lejos. No puede enterarse. ¿Quieres o no quieres?
-No. Es decir, no te conozco, no conozco aquí y tengo cosas que hacer.
-Te lo pierdes. Tal vez le digas que sí a Christian
-¿Quién es el?
-Mi hermano menor, ese Rubio artificial. Y es un idiota. Placer en conocerte preciosa -tomo mi mano y plantó sus labios en ella- Tengo asuntos que resolver. Soy Aarón. Ah, claro, si cambias de opinión, sabes dónde vivo -Me guiñó el ojo y siguió con lo suyo.
Me hizo ponerme igual que un tomate y si, si. Algo especial pero luego pensé: ¡Qué idiota!
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Los vecinos de la casa 213
Genç KurguCambio de país, cambio de casa, de amigos y ambiente. Libia es una joven de 16 años que debe dejar todo atrás y empezar de cero en otro país con su madre y sus tres hermanos, todo parece ir "bien" hasta que conoce a sus bastante atractivos vecinos q...