Las dos caras de Bruno.

Capitulo 36: Bruno y Ares.

Dos amores... 

¿Que es lo que estas diciendo?... Eso de tener a dos personas, no existe.

Una chica no puede amar a dos hombre...

Todo lo que quiero está en ellos...La dulzura de Bruno, hace que me sienta amada "como toda chica quiere", el temperamento autoritario de Ares me hace sentir segura; sus voces me alegran el corazón.

Por fin lo he descubierto...Los amo...

A los dos.

Me enamora la sobre protección de Bruno, amo el control que ejerce Ares al hablar, me seduce la mirada penetrante de esté. Mi corazón se acelera cada ves que su piel (Ares y Bruno) roza la mía; cuando sus labios tocan los míos, una felicidad me inunda.

Si esto no es amor, entonces no se que es ese tonto sentimiento.

--Tienes que ser fuerte... Vamos cariño, no te nos vallas.--Escucho voces desconocidas.--Necesitamos detener la hemorragia, ¡rápido!...Vamos, resiste... se nota que te quieren mucho... aférrate a la vida, ¡¡VAMOS!!:-Grita mientras oprime mi pecho.

--Por...Favor.-Digo lo mas fuerte que puedo, lo cual no es mucho.

--Señorita, no hable.-Siento como una de las que creo son enfermeras, se estremece sutilmente, indicándome que me ha escuchado; tengo que decirlo, tengo que salvarme... no puedo irme.-¡¡ESTA DESPERTANDO!!.-Escucho como grita muy agitada la pobre mujer.

--Por favor... no me quiero ir... no me quiero morir.-Digo aferrándome a la bata que lleva.-No lo permita.-Digo entre lagrimas.

...No puedo morir ahora, tengo un amor... y quiero sumergirme en el... QUIERO AMAR... QUIERO AMARLO.

Sin mas mis sentidos se vuelven nulos, lentamente caigo en un sueño, el cual no quiero que sea para siempre.

*********

--¡¡Por fin el doctor!!.-Digo mientras me levanto rápidamente.--¿Como esta?.-Pregunto mirándolo a los ojos.

--Pues la chica se aferra a la vida... al parecer no planea irse por estos tiempos.--Dice con una sonrisa sincera.

--Eso significa que se encuentra bien.-Digo suspirando fuerte.--¿Puedo verla?.

--Por favor espere a que la lleven a una habitación.-Dice mientras me coloca una de sus manos en mi hombro.-No le costara esperar algunos minutos.-Sonríe.

--Gracias.-Nunca pensé pronunciar ese tipo de palabras, pero, realmente estoy agradecido por sus esfuerzos; sin ellos Abigail, mi nena... no estaría conmigo.

--¿A mi?... Mejor de le las gracias a Dios... Esto fue un milagro.--Anuncia el doctor mientras lentamente se va por los pasillos del gran hospital.

--Que alegría me da.--Escucho decir a Martha.

--A mi también me alegra... y mucho.--Susurro mientras me giro en mis pies para quedar frente a ella; pero lo que veo me hace sentir un sentimiento de incomodidad o mas bien... me hace sentir miserable.