-¿Quieres hablar?.-Pregunta Milán una vez nos acostamos en dos colchones que arrojamos al piso de su cuarto.
-La verdad no.-Respondo mientras le doy la espalda y me acomodo entre las sabanas, dirijo mi atención a la película de terror que hemos escogido.
-Esta bien, pero ¡Gracias!.-Dice sonriente mientras me empuja con sus pies, logrando que mi cuerpo caiga en el suelo.
-De nada.-Digo sabiendo a que viene su agradecimiento, seguro es por haber golpeado a la perra con casi toda mi fuerza.-La siguiente vez la muelo a golpes.-Dio volviendo a subir.
-Por eso también.-Dice sonriendo.-Mi agradecimiento es por haber venido a mi casa justo en el momento que necesitaba en quien apoyarme.-La verdad, me sorprende su honestidad, pero a la vez me alegra.
-Esta ha sido la mejor pijamada a la cual he asistido.-Digo empujando la graciosamente.-Hubo golpes, patadas, besos, propuestas de matrimonios, películas malas, perras, idiotas y mucha miel, solo falta algo.-Digo haciendo me la que estoy pensando.
-Falta Bruno.-Dice sacando me de mi zona de confort.
-¿Bruno?.-Pregunto frunciendo el ceño.
-¿Que pasa con el?, se que su relación no esta bien.-Dice mientras que yo no puedo evitar las lagrimas.-Tranquila conmigo puedes desahogarte.-Dice lanzándose a mi.-¿Me dirás?, es lo mas justo por que tu escuchaste todo mis problemas y sin mi permiso.-Dice con un tono suplicante que nunca habia pensado que Milán podría llegar a tener.
-Te contare, pero si me prometes que ni siquiera Marcos se enterara de esto.-Digo seria mientras que esta alza una mano en forma de juramento.
-Te lo prometo, juramento de hermanas, nunca se rompe.-Dice mientras que mis ojos se abren como platos de lozas grandes.
-¿Hermanas?.-Pregunto.
-Si,, desde hoy te declaro mi hermana.-Dice seria mientras que mi corazón salta por la acción tan conmovedora.
-Bueno... te contare, sugiero que te acomodes por que va a estar mas interesante que la película.-Respondo acomodándome.
****
Después de acostarnos como a las 3 de la mañana, me levanto a las 8 evitando despertarla, corro a su baño y de doy una ducha rápida, voy a su grande y espacioso armario y escojo lo que mas me gusta, espero no se moleste, después de todo somo hermanas.
Definitivamente me a hecho bien contar mis penas a Milán, resulta que ya siento despejado un poco mi corazón, asta soy capaz de decir que me siento un poco feliz después de mucho tiempo.
-Buenos días, señorita Pastrana.-Escucho a mis espaldas, una gran sorpresa me he llevado anoche con la noticia de que mi profesor de matemáticas es el padre de Milán.
-Buenos días Michael.-Respondo un poco irrespetuosa.
-Veo que amanece de malas.-Dice sonriendo dulcemente.
-¿Por que no me habia dicho que es el padre de Milán?.-Pregunto dando me cuenta de la respuesta de inmediato.
-Por que no sabia de su relación con mi hija.-Dice sentando se en el sillón.-¿Ya se va?.-Pregunta mirando me fijamente.
-Si.-Respondo tomando mis bolso.-Tengo que hacer ciertas cosas.-Termino.
-Puedo saber ¿que tipo de cosas?.-Pregunta en un tono tan sencillo que no me incomoda, incluso me gusta que pregunte.
-Iré a ver a un amigo y pasare por mi casa.-Digo saliendo de la casa y tomando un taxi.
Por que no habia pensado hacer esto mucho antes, debo visitar a Casie, el conoce a Bruno hace tiempo, a si que el debe saber algo de como controlar a Ares.
ESTÁS LEYENDO
Las dos caras de Bruno.
Romance-¿Que es lo que te ocurre?.- le digo dando le una bofetada.- te he dicho que no quiero estar mas contigo, no me busque mas.- le digo saliendo de mi casa. -No me importa.- lo escucho susurrar, mientras sus fuertes brazos me cargan hacia su auto. ...