Capitulo 15: Fin de semana familiar (Parte 2).

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Después de unas cuantas horas de estar sentado en la silenciosa sala de espera de aquel hospital sin darme cuenta me he quedado dormido, el carraspeo de una garganta me ha despertado como si de un trueno se tratara.

-Señor Bruno, si desea puede ir a descansar.-Le escucho entre sueños a una de las enfermeras de turno.

-No gracias.-Contesto con una sonrisa soñolienta.

-Si desea ya puede ingresar, la paciente se ha estabilizado y esta comenzando a despertar.- me dice mientras yo doy un salto en la silla y me dirijo a la habitación de Abigail.

Al entrar mi corazón salta de alegría, realmente mi vista se nubla a causa de las lagrimas, Abigail estaba acostada mirando hacia la ventana, luego de unos segundos observándola sus rostro estaba lleno de tensión como si estuviera conteniendo una furia inmensa.

-Abigail.-Digo con calma mientras esta gira su cabeza rápidamente y sonríe como si nada hubiera pasado.

-¡Bruno!.-Dice con un poco de alegría mientras me acerco a ella y tomo sus labios uniendo los a los míos, mis manos acarician su cabello mientras que esta solo me sigue el paso.

El sonido de una guitarra eléctrica combinado con una batería estruendosa nos saca de nuestro acto necesitado de amor trayendo nos a rastras a la realidad, meto mi mano en el bolsillo trasero de mi pantalón y me percato que no es una llamada, ¡Oh por Dios!.-Grita mi conciencia.

Se me ha pasado la hora de la dosis, esto es malo, tengo mas de 3 horas de atraso.-Me reprocho en el interior, espero que nada malo pase.

-Bruno, ¿estas bien?.-Pregunta Abigail mientras me trata de arrebatar el celular pero me muevo rápido y la esquivo soltando una carcajada forzada.

-Si hermosa, estoy bien.-Le digo besando su frente.

-Perfecto por que ya no quiero estar aquí.-Dice mientras saca unas jeringas que suministraban un liquido a sus venas, y se coloca de pie, mientras me hace señales de que pase su ropa la cual esta en un pequeño sillón frente a la camilla.

Sabiendo que a un que comience a pelear con ella no desistirá se la paso, mientras me siento en el incomodo sofá, la observo mientras saca de su cuerpo la bata de hospital y la lanza a la camilla, al parecer esta tan deseosa de salir que la vergüenza no tiene oportunidad.

Se gira antes de que pueda ver sus pechos al descubierto, dejando me a la vista el hermoso tatuaje que tiene en su espalda, detallo cada movimiento que hace mientras intenta colocarse el sostén, un gruñido desesperado sale de su boca en poco tiempo, me acerco lentamente y  la sorprendo ayudando la a terminar el acto, sin ninguna malicia vuelvo a mi lugar.

Lentamente pasa por sus piernas sus bragas y luego coloca su jeans apretado, la veo buscar su blusa por todas partes mientras yo solo juego con ella en mis manos, después de  unos minutos se percata que yo la tengo y con una mirada un poco nerviosa se acerca.

 -Da me la.-Me indica en susurros ligeros que apenas y escucho.

-Que mal educada eres.-Digo con burla mientras me levanto de el incomodo sillón.

-Por favor.-Dice mientras se me acerca y posa sus brazos en mi cuello.

-Esta bien.-Digo besando su nariz.-Me convenciste.-Digo entregando le la blusa y liberando me de su agarre, no voy a exponerme a que Ares aparezca cuando le de la gana y menos cerca de Abigail, estoy inseguro ahora que no me he tomado el medicamento por estar preocupando me.

Con la mirada de confusión de Abigail salgo de la habitación y me acerco a hacer el papeleo de la salida, le pido los papeles para firmar a nombre de mi padre los gastos generados, si saco esta cantidad de las tarjetas de crédito me pedirá cuentas y me descubrirá en cambio si la saco del otras cuentas con gran cantidad no se dará cuenta de la falta tan baja en comparación con lo que hay en la cuenta.

Las dos caras de Bruno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora