Ensima de mi cicatriz

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Desperté en un lugar oscuro y frío. Parecía un galpón viejo y algo sucio. Empecé a gritar.

-Sueltame, por favor detente!!- digo llorando y tratando de safarme de la silla en la que este maldito me había amarrado.

-Mi hijita me está rogando por su vida, escuchame Maia, que te parece si recordamos viejos tiempos?- dice y enseguida entiendo de que hablaba.

-Pudrete en él infierno- digo furiosa.

-Infierno.. Hmm debe ser lindo allí verdad?- dice acercandose a mi cara.

-Es donde pertenece las personas basuras como tú digo escupiendo su cara.

En ese instante sentí un golpe en mi cara, pero enseguida levanté la vista y me reí en su cara aunque estaba algo dolida.

Él pone su mano en su bolsillo y saca mi navaja. No entendía de donde la había sacado estaba en mi mochila, que maldito además de basura es chorro también.

La abrió y me sonrió de lado mirándome directo a los ojos, aún no entendía como tenia él valor de mirarme a los ojos.

-Ven dame tu mano, recordemos viejos tiempos hija- dice y sujeta mi mano.

-NOOOO! SUELTAME BASURA DEL INFIERNO!!. NO SOY TU HIJA NUNCA LO SERÉ. OJALÁ TE PUDRAS MALDITO SEAS!!- gritos desesperadamente pero me es en vano.

Acerca la navaja y hace él corte en mi mano justo arriba de mi cicatriz, esa que él había echo pero esta vez hace él corte mas largo.

Cierro mis ojos y aprieto mis labios fuerte del dolor, cuando me animo finalmente abrir mis ojos veo la sangre recorrer mi mano.

-Sangre de mi sangre hijita mia- dice como si estuviera orgulloso de lo que hizo.

-Me da asco tener tu sangre en mis venas- digo llorando.

-No digas eso, se que en él fondo me amas- dice acariciando mi cabello.

-Ni que estuviera loca te amaría maldito invesil- digo aún llorando y con furia en mi voz.

Siento otro golpe en mi cara pero este no me duele ya que no aparto la mirada de mi mano que sigue desangrándose.

En ese instante siento las sirenas de un patrullero que parece hacercarse a al lugar en donde estoy.

La basura sale corriendo y antes intenta darme un beso en mi frente pero aparto mi cabeza.

-MAIAAA!- siento voces que no reconozco pero me alivio al escuchar alguien que dice mi nombre. No tengo fuerzas para hablar sigo mirando mi mano que sigue sangrando, sigo viendo mis lágrimas caer en mis piernas.

-Maiaaa!- la voz de Dylan hace que mi corazón de un brinco de emoción. Levanto mi mirada y es ahí que veo la sombra de Dylan aparecerse, cruzamos miradas y sale  corriendo hacia donde estoy me desata y luego que lo hace me abraza y me repite una  y otra vez al oído...

-Ya estas a salvo, nada malo te va a volver a ocurrir Maia, Lo prometo...

Buscando La Venganza Contra Mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora