Capítulo 2: "Conociendo a Luke Brown"

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Debo admitir que ese comentario me dejó con la boca abierta y, que si no fuese porque una chica pasó por mi lado a cerrármela, ya me hubiesen entrado al menos un par de moscas. Su expresión claramente no fue de asombro, si no de molestia.

-Dime que no ha sido Luke otra vez-me pidió, y luego vi cómo sus ojos se blanquearon.

-Acaba de irse-comentó Max-. Juro que la hubiese ayudado-prosiguió a decir-, pero me quedé pasmado.

-¿Có-cómo sabes que fue él?-Tartamudeo. Es lo único que se me ocurre preguntar, un poco atónita por su forma de adivinar. De todas formas, también sigo impresionada por la idiotez que tiene Luke y el desagrado que me produce su persona.

La chica de pelo rubio se me acerca para pronto susurrarme con algo de fastidio.

-Ya es costumbre. Es el popular de aquí-explica-. Los que se meten con él quedan así...-dirige su mirada hacia mi cara que luce asombro aún, y luego hacia mi boca que hace segundos se encontraba abierta por la impresión-. O peor.

Luego de esa conversación tardo un buen rato en intentar arrastrar mis maletas hasta el otro lado del campus, donde se encuentra el edificio en el que duermen los estudiantes. Realmente pienso que me excedí con la ropa en un buen de kilos cuando una chica de lentes pasa a mi lado y me mira asqueada; supongo que cree que soy una chica más que ama la moda y trae todo su closet en las maletas; ya saben, cree que soy una chica popular y sin cerebro. A poco apuesto que la chica es la llamada "nerd", a la cual le apesta la moda.

De todas formas, no me considero una amante compulsiva por la moda y por tanto no me siento ofendida por su mirada de asco. No leo revistas sobre eso, ni me fascino por programas de tal temática; pero me encanta vestir bien. Realmente no me importa si algo no está a la moda siempre y cuando lo luzca bien, y creo que traerse tres maletas para un internado es algo normal como haría cualquier chica de 17 años de edad como yo, quienes cursamos el último año de escuela.

Luego noto cómo las puertas automáticas se abren al sentir mi presencia y me adentro de inmediato en el edificio, como si fuese cosa de vida o muerte. Los pies ya me comienzan a arder y las maletas me adormecen los brazos. Me dirijo al ascensor no sin antes saludar a la recepcionista del edificio de chicas –más bien la guardiana encargada de que ningún chico se adentre en este lugar y menos por la noche-, y marco sin dudarlo más el piso número 7.

Las puertas del ascensor están a punto de cerrarse, pero pronto noto cómo unas zapatillas de hombre se adentran en el lugar de cuatro paredes que ahora no tiene puerta porque ya ha comenzado a elevarse. Lo observo fijamente, y él también lo hace. De seguro reconoce mi rostro, porque nos hemos visto en la recepción principal. Hemos tenido contacto; odio mutuo. Es el idiota de Luke. Él se ríe irónicamente, seguramente porque ha notado las dudas en mi rostro. Sin embargo, las responde sin que se las haya preguntado.

-Tengo contactos-dice seco- Puedo entrar aquí.

Luego marca el piso no-sé-qué y se aleja de mí lo mejor posible, dándome la espalda.

-Ya veo-le digo, digamos que no de muy buena manera. Luego blanqueo mis ojos para que note mi desagrado.

-¿Aún tienes las agallas para responderme?-me lanza una risa irónica nuevamente y se acerca hacia mí, de forma desafiante. Sus ojos observan directamente a los míos con desprecio-. Si te expliqué fue para que no salieses corriendo a acusarme. Te hago un favor, créeme-. Noto cómo por impulso mis manos se han aferrado a su pecho para luego empujarlo lejos de mí. Él no duda en hacer una mueca de asco, como si yo fuese una cucaracha que lo ha tocado-. Habrías quedado como una estúpida-. Me dice después, seguramente con más rabia por mi actitud. Sin embargo, esas palabras no le bastan, porque luego se dirige a mí aún con más desprecio-. Más de lo que ya eres.

-¿Sabes, Luke?-le respondo, ya perdiendo mi cordura. Es un idiota. Un idiota al cuadrado. Peor, al cubo-. Me importan bien poco tus reglas-. Me acerco hacia él; como una acción para intimidarlo-. Pareces un niñito de caprichos. Y créeme, que hasta un niño de cuatro años tiene más cerebro que tú.

El rostro de Luke luce furioso. Puedo apostar que veo humo saliendo de sus orejas y que aprieta los puños para evitar golpearme porque soy una chica. Luego veo cómo sus labios se entreabren para decir algo más, pero yo sólo atino a bajarme porque el ascensor ya ha parado en el 7. Luego abro la puerta del cuarto como avión para entrar temiendo a que Luke se haya arrepentido y haya deseado masacrar mi rostro contra su puño, pero freno pronto bajo el marco de la puerta cuando me doy cuenta de que dos chicas me miran expectantes. No hace falta ser inteligente para deducir que serán mis compañeras de cuarto.

-Amber-me presento.

-Zoe-responde una chica de pelo castaño. Me sonríe y se acerca a saludarme, aunque se nota a mil kilómetros que tiene una duda plantada en su rostro por mi actitud. Sin embargo, ignoro eso y dirijo la mirada a la siguiente chica.

-Creo que ya nos conocemos-le suelto.

Es la rubia que me habló en la recepción luego de que el idiota de Luke se fuese. Al menos ahora tendré a una conocida en este lugar, lo que me hace sentir menos incómoda. Ella suelta una risita pequeña sin pensarlo más.

-Soy Kayla-. Dice. Luego dirige su mirada hacia fuera de la habitación con intriga, y por reflejo hago lo mismo. Tras mío no hay nada ni nadie, por lo que seguramente se estaba preguntando qué me hizo correr hasta aquí.

-Me lo encontré en el ascensor.

-No nombres al estúpido innombrable-se apresura a decir Kayla. Luego se dirige a Zoe para explicarle de qué hablamos-. A la pobre la dejó con la boca abierta.

-Se la cerraste, ¿no?

-Como de costumbre-le responde, sonriendo con orgullo. Luego se dirige a mí-. Como ya ves, es costumbre lo de Luke. Es un idiota, lo juro. Tiene a toda la escuela bajo a su mando, junto a otros tres idiotas más-me explica-. Sin embargo, él es el idiota de los idiotas.

-Sólo no te acerques ni le dirijas la mirada y mucho menos la palabra-me advierte Zoe.

-Suena feo-comento-. Pero ya es demasiado tarde.- Me giro para cerrar la puerta tras de mí y entrar con todas mis maletas de una vez.

-Más feo será tu cara si no me haces caso-Zoe y Kayla se echan a reír.

-No me gustaría comprobarlo- me río-. Pero sólo imagínate colgando sus boxers en la ventana. Sería una linda venganza-comento.

Y ese fue el comienzo de una linda amistad. Con Zoe y Kayla comenzamos a tener una relación muy íntima de amistad; nos contábamos todo. Dios, realmente todo. Además, teníamos muchas cosas en común y sobre todo una: nuestro odio por Luke -claro que ellas también odiaban a su grupo, pero yo no los conocía aun así que me eran indiferentes- Ese odio sin duda se incrementó aún más cuando ya llevaba unos días en el internado. Para mi suerte, las clases aún no comenzaban- ya que nos habían hecho entrar al internado una semana antes para conocernos entre todos y las clases no nos fuesen tan incómodas-, sin embargo, nos habían dado la lista para saber en qué clases estaríamos.

Por suerte, me tocó junto a Kayla en la mayoría de mis clases.

Por desgracia, compartía algunas junto a Luke.

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Aprovecho este capítulo para darle las gracias a toooodos los que han votado y comentado mi novela  y por supuesto también a los que la han leído. Espero les encante y sigan junto a ella, y por qué no, que sigan votando y comentando qué tal. 

¡Mil graciaaaaaaaaas!<3<3



Un internado ¡Patas Arriba!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora