IX; Esclavo.

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Capítulo IX, "Esclavo".

Ruggler seguía en un mal estado, hace pocos días había despertado de su sueño y algunos soldados estaban completamente felices. Niall era un grano de arena en el trasero, no cabía duda que el General no podría ser presidente más adelante, porque o sino, se formaría una masacre. Y Harry pensaba igual. Le dolía hacerlo, pero así era. En su opinión, Niall no tenía la capacidad de ser un líder, era desconsiderado y controlador. Аquella mezcla no traía buenos frutos.

—Buenos días, Señor — Niall entró a la habitación en donde estaba su jefe, tendido en una camilla sin ganas de moverse, había pasado más o menos una semana desde el accidente, o bueno, la pelea. Es lo mismo. Su piel parecía como la piel de un muerto, pareciera como si le quedaran pocos años de vida, y en realidad así era, ya sea por la edad o por el destino el fin de Ruggler no era lejano. Pero Stefan Ruggler estaba vivo por dentro, aunque en ese momento, estaba totalmente cansado. ¿De dónde había sacado Harry aquella fuerza? Sabía que era peligroso, pero no sabía que podía llegar a aquel punto. Especialmente si estamos hablando del punto del descontrol, aquel cuando se te nubla la vista y tu cuerpo actúa por el instinto primitivo y no por la conciencia. No le pasaba por su cabeza volver a provocarle. —He venido a traele el informe del día.

—Dónde está Harry Styles — fue lo único que Ruggler pudo pronunciar, con su momentaria voz débil. Era lo único que le importaba, ¿Acaso era importante para él el número de soldados que habían llegado esta mañana?, ¿O cuántas cartas había recibido de extranjeros con propuestas económicas? Esos eran trámites políticos que él no estaba interesado en tratar. Quería llegar a lo personal, y eso para él era la muerte de Harry Styles.

—Está trabajando, encadenado. Lava platos, limpia pisos, baños, recoje el estiércol de los animales... — explicó Horan, dando un listado de las cosas que Harry había hecho. Ruggler frunció el ceño, entre enojado y confundido. No entendía por qué Horan no había ejercido la fuerza sobre el rizado, si era más de lo que se merecía. Niall siempre había sido del hombre que cumple cada deber y a veces, se adelanta con algunos, ¿Qué problema había ocurrido con él por la falta de matar a Styles? Su cabeza no ataba los cabos.

—Por qué no está en el coliseo — Ruggler reclamó. Niall puso una cara de sorprendido, no se imaginaba que Harry tenía que ir al coliseo. Aunque ellos dos se hayan comportado como idiotas entre ellos, para Niall, Harry seguía siendo algo parecido a un amigo. No le gustaba hablar con otros soldados, a menos que sea Míssuri. Pero Harry, era el único que lo escuchaba. Porque Niall estaba sólo, Harry también estaba sólo, y él sentía que el rizado podía entenderlo.

—Yo no creí que fuera necesario, Señor — se disculpó el rubio, aunque con un tono sin una pizca de sumisión.

—Quiero que lo lleves al coliseo — Ruggler giró de manera pesada su cabeza, haciendo contacto visual con el rubio —Quiero que lo tortures hasta llegar a matarlo, pero lentamente . Tardate días si así lo deseas, pero asegúrate de que sufra.

Tuvo que retirarse para no golpearlo también, porque Niall de verdad quería arreglar las cosas con Harry. Y mandarlo al matadero no era una buena forma de hacer las paces, obviamente.

Niall sabía que había sido un idiota, y ahora por culpa suya tendría que matar al rizado. Por un momento Niall creyó que, todo lo que veía era suyo, de su propiedad. Y Harry estaba en medio de su campo de visión, regañándole que todo lo que hacia estaba mal, que tenía que bajar de su nube. Ojalá lo hubiera escuchado, pero ya era demasiado tarde. No podría olvidar las conversaciones con el rizado, de diferentes tópicos, así como la niñez, el trabajo, o algo tan trivial como la política. Eran conversaciones interesantes que extrañaría.

Guerra Fría » Narry StoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora