Capítulo 27. El Renacer

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Despertando de un profundo sueño pero sin abrir los ojos, se estiró lentamente desanudándose de las sabanas. Su cuerpo hormigueaba placenteramente, sin recordar cuando fue la última vez que durmió así. No estaba segura si era de día o de noche, y mucho menos la fecha. El insomnio, su más antiguo enemigo, no había hecho acto de presencia y lo agradecía. Pero tras un instante de lucidez, todo el conocimiento volvió atropellándose con su mente.

La huida de la casona Von Engels a toda prisa. La interminable búsqueda de los asesinos de sus padres que terminó desembocando en la verdad de su linaje. Su paso por el infierno y sus poderes. El papel que tuvo en la guerra como la Emperatriz de los bastardos, y la venida de un apocalipsis que se detuvo.

Aspiró aire violentamente y tuvo la necesidad de sentarse en su cama. Valquiria observó su habitación rápidamente. Todo se veía igual que siempre, tan normal y austero. Se deshizo de las sabanas y se levantó ágilmente, saliendo hacia el pasillo en busca de los demás. Revisó las habitaciones sin encontrar a nadie y continuó hasta llegar las escaleras. Traspasó la enorme escultura de Miguel, y corrió directo hacia la cocina.

A medida las voces se volvían más claras, su corazón latía con más ligereza. Cruzó el umbral de la puerta y quedó petrificada, contemplando la cotidiana escena. Newén estaba apoyado contra la mesada, luciendo su pijama a rayas y el pelo ondulado revuelvo, con una taza de café en la mano. Él sonreía tenuemente, con su mirada de ojos negros puesta en Lena y Leonardo. Ambos llevaban ropa informal; Lena intentaba desayunar mientras Leonardo la interrumpía juguetonamente entre risas.

— Gonzaga, saca tus sucios dedos de encima —se quejó Lena sonriendo, y al sentir que no estaban solos, se giró hacia Valquiria.

Ella los observaba con la expresión en blanco, y sus grandes ojos grises brillando como estrellas en la noche. Se la notaba alterada, sobre todo, porque había olvidado atar su largo pelo del color del caramelo, y solo vestía una musculosa y unos boxers.

— ¿Sucede algo Von Engels? —inquirió Leonardo, tornando su expresión a una más seria.

— ¿Qué día es hoy? —preguntó en un susurro que transmitía duda y confusión. Sus ojos no abandonaban toda la habitación, volviéndose rápidamente hacia la ventana para ver el cielo azul.

— 11 de Agosto del 2012 —respondió Newén, buscando en Leonardo algún atisbo de sabiduría, pero estaba tan perdido como él. Valquiria asintió con torpeza, dándose cuenta que había dormido más de 24 horas y que nadie parecía recordar lo sucedido los últimos días. Nadie, excepto ella.

— ¿Valquiria? —preguntó Lena, en tono de preocupación, poniéndose de pie y acercándose a ella lentamente— ¿Te sucede algo?

Los recuerdos estallaban en su mente mientras contemplaba los ojos de su hermana. Físicamente, Lena había resultado sana y salva de aquella guerra, pero su corazón había sufrido por muchos motivos. Algunos que jamás recordaría. Valquiria recordó el instante en que Merari le dio aquel beso de la muerte, que le arrebató la existencia por un momento. Y también recordó el dolor experimentado por sus amigos.

No podía hacerlos vivir todo de nuevo.

— Sí —respondió intentando recomponerse, sin dejar de preguntarse cuáles serían sus recuerdos—. Solo dormí demasiado, y me desperté confundida —agregó.

Lena le sonrió con su usual armonía y jovialidad. Le dio un beso en la mejilla y procuró darle rápidamente una taza de café. Valquiria no dejó de mirarla. Todo lucía tan normal y tan feliz, que le daba miedo estar en un sueño.

— ¿Aún sigues preocupada por la reunión con el consejo? —le preguntó Newén, acercándose sutilmente a su lado. Ella bebió de su café, emitiendo un pequeño sonido que intentaba ocultar cuan perdida estaba. Él meneó la cabeza viéndose como un padre que aconsejaba a su hija—. No hay nada de qué preocuparse. Yo te voy a defender, tu abuela estará presente junto con Byron, Víctor, Solange y mi padre —agregó viéndose confiado; no había nada que aumentara su autoestima como tener que defender a alguien.

Legado III: La Emperatriz de los Bastardos [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora