5. Volveremos a vernos.

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PABLO.
5. Volveremos a vernos.

-¿Vives aquí? -preguntó ella, algo que me asombró ya que no le veía muchos ánimos de mantener una conversación. Aunque el egoísmo me podía delante de ella y yo quería pasar el resto del día si hiciera falta conociéndola.

Asentí.

Me atraía algo de ella que no sabía descifrar. Era su mirada, o su cuerpo, o sus gestos, su voz... Quizás un cúmulo de todas esas cosas.

-Y, ¿de qué parte de España eres? -le pregunté inocente. Quería saber si había una mínima oportunidad de volverla a ver cuando ambos hayamos vuelto al país que nos vio nacer.

-Vivo en Madrid, pero viajo mucho -respondió. Y algo dentro de mí lo celebró; yo tenía un piso en Madrid y existía una mínima posibilidad de volver a verla. -Bueno, me tengo que ir ya. Pero, volveremos a vernos.

Y se alejó con sus andares de diva y dejándome un guiño de ojos.

Me perdí en el contoneo que ejercía al marcharse y dejarme prácticamente con la boca abierta. Quizás sabía que yo la seguía mirando, pero ni siquiera me volvió a mirar.

Entré a mi casa aturdido aún tras el encuentro con esta ¿mujer? No, definitivamente no era sólo una mujer, era una diosa.

Reflexioné sus últimas palabras. Sonaron como una afirmación. ¿Acaso estaba tan segura de que nos volveríamos a ver?

La verdad es que en aquel momento no me habría importado volver a hacerlo.

Me pasé el resto de la tarde pensando en ella.

La experiencia me había enseñado que todo pasa por alguna cosa. Ella había entrado a mi vida ya, y tenía su razón. Razón que aún sigo sin comprender.

Quizás había entrado para darle algo de emoción a mi vida en Los Ángeles, y de verdad que lo consiguió. Quizás sólo lo hizo para destrozarme por dentro.

Fuera por lo que fuese, se hizo paso en mi vida, y en mi día a día desde ese pequeño roce. Ya no podía detenerlo. Se había adueñado de mis pensamientos, e incluso de mis sueños.

En brazos de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora