24. No voy a tirar todo al traste

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TAMARA.

24. No voy a tirar todo al traste.

Por fin él salió del aseo.

—Está bien. Vamos a hablar sinceramente.

—Perfecto —respondí. Era lo que yo buscaba.

—Estás casada —estaba a empezando a odiar que pronunciara esas dos palabras—, nos estamos acostando prácticamente cada vez que nos vemos. Tú no te arrepientes pero yo me siento mal. Oye, una pregunta, ¿tú amas a tu marido? —preguntó rascándose la nuca y con cara de niño bueno.

Vaya pregunta estúpida, ¿No es evidente?

—¿Crees que si le amase estaría ahora aquí?

—Genial. Pues vamos a decirnos las cosas a la cara.

—Perfecto porque es lo que llevo esperando desde que vine —contesté con mal genio, le estaba dando demasiadas vueltas a todo.

Empezó a dar vueltas por la habitación poniéndome nerviosa.

—Mira no sé cómo decirte esto. Pero yo me siento fatal. Pero pienso en perderte, en dejar de verte, y me siento peor. No sé qué me has hecho, pero ya nada es igual que antes. No sé... si no estás te extraño, te pienso, me entran los celos locos, y a la vez te odio, te odio mucho por todo lo que me haces sentir, y por todo lo que me haces recordar —¿recordar? —Pero por otro lado, cuando estás conmigo, es como si no fuese yo, me dejo llevar, me nublas, me enloqueces. Me has vuelto loco.

Él acababa de decir lo que sentía con toda sinceridad, así que, por primera vez, me tocaba a mí abrir mi corazón. Eso era algo que desde hacía tiempo no hacía,y por ello me costaba tanto, pero era una buena ocasión.

—No has sido el primero, pero sí has sido el único que me ha hecho sentir diferente, el único al que yo he buscado, el único que me ha servido para más de una noche. Tú eres más joven que yo, y para ti todo es muy fácil. Te puedes enamorar, puedes confundir el sexo con el amor, puedes equivocarte y cometer errores. Pero yo no. Esto no es amor y tú lo sabes. Nos volvemos locos, nos morimos de celos, nos echamos de menos, pero esto no es amor. —Por primera vez en años había abierto mi corazón, y no estaba del todo mal.

—¿Acaso tienes miedo?

—No, simplemente no voy a tirar todo al traste por una aventura o un encaprichamiento pasajero.

Se le veía en la cara un reflejo de tristeza. Eso me hacía sentir mal por dentro.

—Pero... a él no le quieres —la voz se le cortaba.

En ese momento decidí contarle mi relación con Ismael.

—Mi marido y yo no nos queremos. Nos llevamos bien, pero no hay nada de amor entre nosotros. Al principio de conocernos hacíamos buena pareja, pero decidimos que lo nuestro no tenía sentido alguno. Aunque lo decidimos demasiado tarde, porque para ese entonces, yo ya estaba embarazada. —Pablo me miró perplejo, le acababa de soltar el bombazo, pero enseguida retomé la historia. —Así que por nuestro hijo, decidimos intentarlo. Y nos casamos, en un matrimonio sin amor, destinado al fracaso.

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⏰ Última actualización: Sep 18, 2016 ⏰

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