PABLO.
21. La mismísima tentación.
A la mañana siguiente me desperté en una habitación la cual no había estado nunca antes. Con una mujer de unos veintipocos años a mi lado dormida, la cual no conocía.
Bueno, sí que la conocía era la chica de anoche, pero anoche realmente no era capaz de distinguir cómo era físicamente esta pelirroja.
Me fui rápidamente de una manera muy discreta y, al llegar a la calle me di cuenta de que no sabía el camino a mi casa.
Genial.
Pasaba de llamar a Lolo para que me buscase por no aguantar sus bromas y también porque eran las ocho de la mañana y no sabía dónde estaría él o en qué estado.
En ese momento me lo prometí a mí mismo, no más alcohol. Nunca más.
Comencé a andar rezando por que nadie me reconociera pues realmente llevaba una muy mala imagen. Con la ropa arrugada, ojeras y sin peinar. Tampoco tenía ni mi gorra ni mis gafas.
Genial.
Llegué a mi casa casi a las once de la mañana tras andar por horas bajo el sol de Madrid.
Estaba agotado y sólo buscaba darme una ducha y dormir.
Pero parecía que el destino nunca tenía los mismos planes que yo, pues ahí, frente a mi puerta estaba ella.
¿Pero es que siempre me la tenía que encontrar?
¿Qué hacía aquí?
¿No la había echado de mi casa, y de mi cama, y de mi vida?
Por lo visto ella no se lo había tomado así.
Había de reconocer que estaba realmente guapa
Pero ahora no podía pensar en ello.
Esta mujer me había hecho daño, mucho daño. Bueno, más bien, gracias a ella yo le estaba haciendo mucho daño a alguien que ni conocía, pero igualmente me sentía mal.
Llegué haciéndome un poco el disimulado, pero era imposible no verla.
—¿Qué quieres?, ¿qué haces aquí?, creo que te dije que no te quería ver más —le dije lo más frío que pude. Intentando que no se diese cuenta de que no soy capaz de controlarme estando cerca de ella.
—Pues no, Pablete, nunca me dijiste que no me querías ver más. —Abrí la puerta de casa mientras ella hablaba. —¿Puedo pasar? —preguntó.
¿Acaso estaba loca? ¿Quería entrar? Pero sí, era evidente que me había pillado. Nunca le dije que no la quería ver más. Sólo le dije que se fuera, y el irse a veces implica volver.
Maldita sea, esta mujer era la mismísima tentación.
Finalmente accedí y la dejé pasar.
Lo reconozco, soy idiota.
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Maratón 3/7
Os quería decir que voy a hacer un 50 cosas sobre mí.
Esta semana lo voy pensando y cuando vuelva de vacaciones lo subiré 😉😘
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En brazos de ella
FanfictionFanfiction del cantautor malagueño Pablo Alborán. Tras su regreso a la música después de dos años, el malagueño conoce a una mujer. Después de varios encuentros fortuitos acabaron conociéndose y llegando a puntos que ninguno de los dos esperaban. ...