Capítulo 7

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Todo el día había pasado de ese modo, nerviosismo, incertidumbre y desasosiego. Todas esas sensaciones no le pertenecían a él, eso estaba claro, pero ahora que había llegado la noche sentía algo que si le pertenecía a él, aunque no hubiese modo alguno de explicárselo, estaba celoso. Si, celoso, pero no eran celos por Lía o por alguien de la manada, eran celos hacia alguien que ni siquiera estaba cerca de él, alguien que no conocía y probablemente no conocería jamás. Sentía como su otra mitad, como su pareja se sentía a gusto con otro macho que no fuese él y eso provocaba que su sangre hirviese, no era la primera vez que le ocurría, de un modo u otro la sensación acababa de una forma tan abrupta como había comenzado, siempre antes de la llegada de la noche, pero esta vez era diferente. Eran alrededor de la 1 de la madrugada y por primera vez deseo que su mate estuviese lejos, muy lejos de él, tan lejos como para que la zona horaria no fuese la misma, que en el país o ciudad que ella viviese fuese de día, con luz, con muchas personas a su alrededor y que por ningún motivo fuese de noche y ella estuviese sola con otro, solo la Diosa Luna sabía lo que él sentiría si su mate llegaba a entregarse a otro.

Es muy común que los cachorros, aun siendo muy jóvenes logren estar conectados más íntimamente con sus mates, llegando incluso a tener visiones de estos, pero esto al trascurrir los años estás sensaciones se van perdiendo y solo se "recuperan" por decirlo de algún modo, cuando estos ya adultos o jóvenes se encuentran, pasando a convertirse prácticamente en uno, aunque esto cambia cuando uno de ellos es un Omega, ellos jamás pierden este vínculo, lo que en ocasiones resulta ser bastante perjudicial. Como en ese momento.

Beltrán tomó rápidamente su celular, necesitaba hablar con alguien que lo sacase de ese estado o que por lo menos lo distrajera, ya era tarde como para llamar a Karl, quien de seguro estaría con Nuria, pero no era tarde para llamar a Lía, de seguro que podían compartir un rato sin que ella empezara de nuevo con algo relacionado con "lo que tenían" muchas veces deseaba que todo fuese como antes, como cuando eran niños y podían hablar de todo sin sentir que la estaba lastimando o que estaba diciendo algo que no era lo que ella esperaba escuchar, pero nada se podía hacer con respecto a eso. Marcó el número de la chica y espero a que sonaran tres los tonos antes de que ella respondiera.

-¿Beltrán, estás bien?- chilló ella preocupada.

-Lo estoy Lía.- respondió él de un modo bastante seco.- Seré breve, necesito hablar con alguien, distraerme, ¿puedes venir?

-Estoy saliendo, llego en algunos minutos.- a través del auricular se escuchaba el ruido que hacía al ponerse los tacones a toda prisa.

-Bien, te espero.- fue la única respuesta que dio antes de colgar.

Tal y como esperaba la muchacha no tardó en llegar, en cuanto ella estuvo en su casa confirmó su hipótesis y dejo de sentirse terriblemente mal por sentir que la estaba utilizando, ella no lo amaba, solo estaba encaprichada con él, si realmente lo hubiese querido tanto como ella decía, no hubiese llegado apestando a Víctor bajo una espesa capa de perfume, que había puesto seguramente en el intento de que él no notase el otro olor. Lo que Beltrán no entendía es como Lía no era capaz de darse a respetar, la manada Scorpius no era una realmente numerosa, pero prácticamente ninguno de los machos de la manada era capaz de respetarla a excepción de Karl, ya que también estaba perdiendo todo tipo de respeto ante los ojos de Beltrán, todos sabían que ella aún no encontraba a su mate, pero también sabían que había mantenido relaciones no con solo un macho. Se sentía mal por no poder quererle del modo que ella decía quererle, además, había causado numerosas y profundas heridas en el corazón de la joven por sus continuos rechazos, tal y como lo habían hecho otros machos jóvenes que estaban de paso por la manada, cuando le juraron amor eterno (el que ella creyó) solo para poder acostarse con ella, si de algo definitivamente pecaba la muchacha era de estar falta de cariño y tratar de conseguirlo a toda costa.

Deber de AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora