-Quiero hacerte una propuesta.- comenzó a decir Beltrán la misma durante la noche del día en que ella le había indicado que estaba embarazada.- Sé que te puede parecer apresurado y que por todo lo que has tenido que vivir te puede parecer una idea incluso descabellada, pero quiero hacer las cosas bien.- él se hincó sobre una rodilla y estiró hacia ella ambas manos, en medio de ellas había una cajita roja, cuando la abrió, dejó al descubierto un hermoso y delicado anillo dorado que tenía una pequeña flor y justo en el centro de ella una piedra brillante color plateado.- La flor representa la flor que te trajo de vuelta conmigo. Diana, ¿aceptarías pasar por la ceremonia de unión conmigo?
Estaba atónita, era lo que quería, sin lugar a dudas, pero el momento la llenaba de nostalgia y felicidad.- ¡Claro que quiero!- logró decir al fin, aunque aún conmocionada.
Él se incorporó rápidamente y la abrazó, la abrazó, la apretó, la levantó, la dejó nuevamente sobre el suelo, para volver a levantarla y finalmente la besó. -Te prometo que te haré la mujer más feliz del mundo, la loba más feliz del mundo, la madre más feliz. Dedicaré mi vida entera a ello, te lo prometo.- Se alejó un poco de ella para tomar su mano y poner en uno de sus dedos de la mano derecha el anillo.
-Te amo Beltrán, mas no prometas algo que no sabes si podrás cumplir.- Aquellas palabras le quedaron dando vueltas, sin embargo, ella tenía sus razones para hacer aquella afirmación, una vez alguien le había prometido que estaría con ella siempre, sin embargo una mala jugada del destino, hizo que jamás pudiese cumplir aquella promesa. No quería volver a engañarse y creer que esta vez las cosas podían salir tan bien como ella deseaba, porque sabía por experiencia propia que la vida puede cambiar de la noche a la mañana.
Aquella noche durmieron abrazados, Beltrán se quedó dormido acariciando en círculos el estómago de ella, el bebé crecía rápido, más que nada por una cosa de genética. Y ellos estaban cada vez más ansiosos esperando su llegada. No quiero exagerar, pero podría asegurar que el más emocionado era Beltrán, había esperado durante tantos años a Diana que la llegada inesperada de este nuevo integrante de la familia lo tenía realmente revolucionado.
En cuanto amaneció Diana se levantó sin hacer demasiado ruido para no despertar a Beltrán, incluso prefirió tomar sus útiles de aseo, su ropa e ir a una de las habitaciones de invitados, el día anterior había sido ajetreado emocionalmente, en especial para él, por lo que decidió dejarlo descansar. Sin embargo, ella debía hacerse cargo de los asuntos de su manada, desde hace meses que no ponía ni un solo pie en Draco, por lo que debía ponerse al tanto de todo aquello que había ocurrido en su ausencia y para ello debía visitar a algunas personas. El primer lugar al que decidió ir fue a visitar a Adelina, había notado algo extraño en su mirada el día anterior, pero con lo del embarazo, pronto se olvidó de ello y consideraba que era ese el momento preciso para averiguar de qué se trataba.
Salió de la casona lo más silenciosamente que pudo y solo se detuvo en la cocina para tomar una manzana y posteriormente las llaves del jeep que había pertenecido a Dante, nadie lo había usado desde entonces, por lo que inconscientemente esperaba que su aroma aun permaneciese en el, y así fue, su olor seguía impregnándose a los asientos y habría podido asegurar que la calidez de sus manos aún se encontraba en el volante. Permaneció allí unos momentos, procurando cerrar apresuradamente la puerta para que la fragancia no escapara del interior, encendió y el motor y se encaminó a casa de Adelina. En el transcurso del viaje no dejaba de preguntarse una y otra vez si en algún momento el recuerdo de aquel que fue su primer amor desaparecería con el paso del tiempo, se respondió que no, que nunca. Que podía permitirse cualquier cosa menos aquella atrocidad, olvidarlo significaba olvidarse a sí misma y Beltrán tendría que aprender y comprender que Dante sería siempre un recuerdo valioso para ella.
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Deber de Alfa
Werewolf"-Desde pequeña fui criada para algún día ser el Alfa de la manada de mi padre y el momento ha llegado. Ahora he de hacer cumplir y respetar las leyes de mis antepasados. En especial una, la principal, la lealtad de la manada para con su líder. Cual...