-Bueno-comenzó a decir Diana con su copa en alto mientras todos los presentes le miraban expectantes.- hoy quiero brindar en primer lugar por quienes me ayudaran y acompañaran en la labor de ser Alfa. Dante, quien será mi Beta-en cuanto lo hubo dicho este levantó su copa en señal de agradecimiento y para que los alfas que aún no lo conocían, lo hicieran.- y por quien será mi Tercero, lo divertido de esto es que él aún no sabe que ocupará este cargo, pero es la única persona en quien hubiese podido delegar semejante responsabilidad, mi gran amigo Barack.- este la miró sorprendido, como si aún no pudiese creer lo que había escuchado.- Exacto, no creas que te librarás de mi tan fácil.- todos los presentes rieron ante tales palabras, en especial los miembros de la manada, quienes sabían la estrecha amistad que mantenían desde muy pequeños los jóvenes.- Y por último, pero no de menor importancia, me gustaría brindar por la llegada de mi hermana Amalia, a quien no tenía el gusto de ver hace ya varios años. Por fin se podría decir que mi felicidad es completa. ¡Salud!- finalizó mientras escuchaba como un coro le respondía, mientras levantaba su copa a la altura de su cabeza para luego bajarla y beber de esta.
De pronto fue su tía Pilar quien levantó su copa nuevamente y llamó la atención de todos.- Tu felicidad aún no está del todo completa querida, pero todos esperamos que lo esté pronto. Y aunque el afortunado aun no esté con nosotros, yo quiero brindar por él. ¡Por el mate de Diana! ¡Salud!- nuevamente el coro respondió. Pero Diana no pudo evitar dirigir su mirada a Dante, quien la miraba al tiempo que se notaba visiblemente incomodo, de pronto la música comenzó a sonar, y en cuanto lo hizo, Dante salió disparado en dirección a la casa, ya que la fiesta se encontraba en un gran salón ubicado fuera de la casa, pero a unos veinte metros de distancia de esta. Su padre lo había decidido así porque la mayoría de los Alfas se quedaban como alojados en la casona y para no incomodarlos ni molestarlos con la música, además del bullicio se había tomado esta decisión.
La muchacha se disponía a seguirlo cuando fue abordada por Saúl.- ¿Lo estás pasando bien Alfa Diana?- preguntó este.
La joven no pudo evitar sonreír cuando él la llamó de ese modo.- No me digas así, solo dime Diana.- le pidió a este.- Y a decir verdad aún es demasiado pronto como para decir que lo estoy pasando bien, pero se puede decir que al menos la compañía es bastante grata.
-Pues me alegro bastante Al...Diana.- el joven realmente era bastante tímido y algo torpe con sus palabras, lo que no pudo más que causar una pequeña risa por parte de la joven.
-Bonito nombre el que me acabas de poner, Aldiana...-dijo ella como si realmente estuviese pensando y recordando en este.- lindo.-concluyo refiriéndose al nombre.
El joven se puso bastante rojo, algo que a decir verdad a Diana le encantaba causar en las personas, realmente era algo divertido desde su punto de vista.- Lo siento.- se disculpó el muchacho.
-Tranquilo.-dijo ella mientras ponía su mano en el hombro de Saúl.- No muerdo y te aseguro que conmigo puedes sentirte en total confianza.
-Gracias.- logró decir el joven con algo de timidez.
-Ahora si me disculpas, tengo buscar a alguien, nos vemos.-utilizó un tono cortés.
-Nos vemos.- dijo el chico ahora un poco más relajado, seguramente porque ella ya se marchaba.
Siguió caminando en dirección a la casona, no sabía a qué lugar de esta se había dirigido Dante, ya que lo había perdido de vista, pero en cuanto cruzó la puerta, sintió como el olor de Dante inundaba sus sentidos, pero no tardó mucho en percatarse que este se mezclaba con una fragancia distinta, desconocida y a la vez completamente familiar, lo único que sabía con certeza es que se trataba de una mujer. Se acercó con cautela siguiendo ambos aromas, los que se dirigían al mismo lugar, el que extrañamente era su habitación, subió las escaleras con el sigilo y cuidado de un predador para escuchar atenta tras la puerta, la cual se había cerrado hace pocos segundos, sabía que eso no estaba bien, pero dadas las circunstancias no es como si alguno de nosotros pudiese culparla. Su corazón se aceleraba a medida se acercaba al lugar, no sabía con lo que se podía encontrar y a decir verdad, esa probabilidad la llenaba de horror y miedo.
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Deber de Alfa
Werewolf"-Desde pequeña fui criada para algún día ser el Alfa de la manada de mi padre y el momento ha llegado. Ahora he de hacer cumplir y respetar las leyes de mis antepasados. En especial una, la principal, la lealtad de la manada para con su líder. Cual...