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Bien, ya está todo, ahora solo tengo que bajar las escaleras e irme.

- ¿Y como mierda hago eso? Mientras no intente pararme... todo irá bien.

Me coloqué la mochila en mis hombros y tragué tanto aire como pude para luego explulsarlo frenéticamente.

- Bien, esta no es la primera vez, así que tranquilo...

Volví a respirar hondo y caminé hacia la puerta. Cogí el pomo y lo giré hacia la izquierda para luego impulsarlo hacia mi para que se habra la puerta y poder pasar.

Ok, ya estoy fuera... fuera de mi habitación... No entiendo por qué estoy tan nervioso.

Seguí caminando por el pasillo, en dirección hacia las escaleras y, al llegar, bajé una por una. Sabía que él seguía allí, y también sabía que estaba escuchando mis sonoros pasos al pisar cada escalón. Para ese tipo de cosas era un experto, sabía como intimidar muy bien a la gente.

- Hacia dónde vas con esa mochilla.

Eso no era ninguna pregunta. Obviamente se notaban sus genes sobre los míos pero, el aprendiz supera al maestro.

Giré mi cabeza lentamente hacia el, mis ojos aún seguían caidos en el suelo y, cuando volvió a repetir la misma frase, abrí mis ojos y lo miré directamente. El mantenía su fría y controladora mirada sobre mí, al igual que yo, pero la mía era de rencor.
Ignoré su mirada y seguí bajando, mientras que resaba por que no dijera más.

Tranquilo, tranquilo, tranquilo...

Seguí caminando a mi ritmo, y cuando al fin logré salir de aquella casa llamada dulce hogar, salí corriendo.

Mi corazón está a punto de estallar.

Mientras corría, me di cuenta de que no sabía donde vivía así que paré en seco y comencé a rebuscar entre mi mochila hasta encontrar un trozo de libreta roto.

- Bien, ahora a por lo más dificil...

**********

- ¡¿Qué?!

- Sí, lo que escuchaste. Por cierto, cocinas muy bien, aquellas galletitas estaban ricas. -sonreí inocente.

- ¿Pe-pero cómo?

- Tendrías que poner más vigilancia a esta casa barra mansión, barra grande, barra...

- ¡Que sí, es grande...!

- Pues eso.

- ¿Podrías al menos dejar de hablar de esa manera?

- ¿Qué manera?

- Tipo arrogante, como si no te importase nada. -No me importa nada. - Es como si estuvieras frustrado de vivir, no me gusta.

- Cada uno tiene sus problemas.

- Lo sé.

Su voz cambió radicalmente, otra vez, esta chica me parecía indescifrable.

- Bien, cambiando de tema... ¿dónde dormiré?

- Estás de broma, ¿verdad?

- le señalé la mochila. - ¿Tú qué crees?

- Oh por dios, ¡¿Cómo se te ocurre esta alocada idea?! Mira, como mis padres se enteren...

- Me amarán por cuidar de su hija.

- ¿Perdona? ¿Tú? ¿Cuidar de mí? Nadie te lo ha pedido.

- ¿Es necesario que me lo pidan?

- No pero... -Bien, la estoy confundiendo. -No te puedes quedar aquí. ¡Oh, si el se llega a enterar, tendré la charla del año! ¡Y eso que nunca me la han hecho pero, me lo advirtió!

¿Qué? ¿Hablará de aquel chico... su novio?

- ¿Hablas de tu novio?

- ¿Mi qué? ¡No! Paso de los chicos. Él es... mmm

- Tu novio.

- ¡Qué no es mi novio!

- Entonces tu romeo.

- ¿Mi Romeo?

- Ya sabes, tu amor imposible.

- Pues no, no es ningún amor imposible.

- ¿Y tienes alguno?

- No. ¿Y tú?

- Jajaja, ya quisieras ser tú pero, lo siento niñita, no me van las mujeres.

-Ou... entonces... tú y Alfonso... - dijo chocando sus dedos indices.

Oh mierda, será mal pensada...

- En qué estás pensando.

Negué con la cabeza, me acerqué lentamente hacia ella, quedando a pocos centímetros de su cara y, la besé.
No fue un beso con lengua ni nada. Solo fue como si le diera un beso en la mejilla pero yo, me avergoncé un poco.

¿Qué?

-¡Qué haces!

- Demostrarte que no soy gay.

- Podrías haberme dicho que no lo eras y ya, con un no bastaba.

- Tranquila, como si te hubiera robado tu primer beso. - intenté disimular mi nerviosismo. - No me digas que es tu primer beso... - dije sonriendole.

- Sueña.

- Así que sabes besar. - dije volviendome a acercar, quería volverla a besar.

- Te dejo estar aquí pero, con una condición. Nada de volverme a besar.

- Ni que lo fuera a hacer.

- Tonto. Nada de volver a acercarte tan cerca de mi. Máximo a un metro de distancia.

- No te pases.

- Ash. Y, explicame porqué te quedarás aquí.

Venga ya, esa pregunta no...

Quisiera ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora