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Al despertar, mis ojos seguían cerrados. Me giré para "abrazar accidentalmente" a Mar, pero mis manos cayeron encima del colchón, rápidamente abrí mis ojos y no había nadie.

¿Dónde está? ¿Se habrá ido?

- Bu-buenos días...

Me levanté al escuchar su voz y... ella estaba con una camisa mia.

Joder... como está la niñita.

- Hola. - dije acomodandome en la cama. - ¿Qué hora es?

- Te iba a hacer la misma pregunta... mi movil está apagado y me acabo de despertar hace un rato. Por cierto, ¿qué hago aquí?

- Lo dices como si nada... tus padres deben de estar preocupados.

- Están de viaje.

¿Qué?

- Vives... ¿sola?

- Se podría decir que sí.

No me lo creo...

Seguí mirando mi camisa en ella. Le quedaba increiblemente sexy...

- Lo-lo siento... es que...

Por la forma en la que la miraba, ella siguió mis ojos hasta encontrarse con la camisa que llevaba puesta.

- No te preocupes. Te queda bien.

- No hagas eso.

¿?

- ¿El qué?

- Eso. Poner voz... rara que atrae a chicas tontas...

¿Encerio se piensa que...?

- No lo hago, solo digo la verdad.

- Mmm, ¿puedo usar el baño?

- ¿Te quieres duchar?

- Sí...

- Estás en tu casa. - dije sonriendole.

Ella me dedicó una dulce sonrisa y se fue hacia el baño de mi habitación. Tardó como un cuarto de hora, mientras tanto yo cerre los ojos para descansar la vista. Cuando salió, la vi con una toalla blanca envuelta en su cuerpo, le llegaba hasta más arriba de los muslos y apretaba sus tetas, formando una una linea entre medio. En su cabello no tenía nada, estaba para comérsela.

- No me mires.

- ¿Por qué no?

- Me da vergüenza...

- ¿Y para qué has salido?

- Mi ropa estaba en tu cama...

No puedo permitir que se ponga la misma ropa... ella es una de esas chicas que cada día lleva una ropa limpia diferente.

- Mi madre... se ha ido de viaje durante unos meses - mentí. - y... tengo ropa guardada de ella. Te quedaría bien porque es justamente el mismo estilo que el tuyo, a parte que, ella vestía muy adolescente para su edad.

- ¿Estás seguro? No quiero molestar, y no sé como he... amanecido aquí. Lo siento de verdad, yo...

- Shhh, no digas más. No me molestó que te quedaras a dormir tan desprevenidamenre. - le sonreí. -Tampoco me molestará si te quedas a dormir otro día. - dije guiñandole un ojo.

- Para. - dijo cruzándose de brazos.

- Ven conmigo.

La conduje hacia la habitación de mi padre. Sabía que él aún conservaba algunas prendas de mi madre.

Quisiera ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora