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- ¡Hey bro! ¿Que tal estás? Buena la resaca eh.

- Jajaja, pues claro que sí, yo aguanto, no como otros. - dije mirandolo mientras entrecerraba mis ojos en modo burla.

Miguel, así es como se llama este chico. Es uno de mis amigos desde que comenzamos la Eso juntos, ya que nos tocó en la misma clase. Quisiera definirlo, su carácter, su físico, su rostro,... pero NO.

¡Soy un tío!, si quisiera definir algo, definiría a una tía buena, ¡no a un tío!

Pero bueno, solo diré 3 palabras para que lo reconozcan. 1- Bromista, presumido y con demasiado ego. 2- Físico de 8'8 (yo lo supero), alto, y es... guapo (me siento como un gay, enserio). 3- Cabello negro, ojos color avellana y, sonrisa perfecta.

- Oye, ¿en qué piensas?

- ¿Eh? En nada, ¿en que tendría que pensar, en los deberes? ¡Ja! - dije para aparentar ser "guai".

- Jajaja, no cambies tío, eres el mejor. Ahora, si me disculpas, tengo que ir yendo a clase. - dijo pestañeando sin parar con una sonrisa del gato ese, el de Alicia en el país de las maravillas.

- ¿What? ¿Tu? ¿Llegar temprano a clase? Jajaja no jodas.

- Hablo enserio Ángel, como vuelva a llegar tarde, me pondrán una amonestación, y ya sabes, con los que tengo... -dijo agitando su mano derecha en el aire.

- Jajaja, eso te pasa por idiota.

- Vete a la...

- Shhh, cállense, no soporto más gritos, mi cabeza está a punto de explotar.

- Hola a ti también Alfonso. - dijo Miguel rodando los ojos.

- ¡Amigo! ¿Qué tal? ¿La resaca te pudo? - dije rodeando su cuello con mi brazo.

- He dicho... SHHHHH

- Alfonso, eres malo... - dije poniendo cara de gatito abandonado.

- Ángel, el verdadero malo es quién prácticamente me obligó a beber un par de copas más, ¡PERO EN REALIDAD FUERON MÁS DE DIEZ!

- Je...je...je... lo siento...

- Da igual. ¿Dónde está Mario? Ayer ya no lo volví a ver después de que alguien, - dijo mirando entrecerrando los ojos. - me obligara a tomar más.

- nervioso. - Venga hombre, soy un angelito, perdóname ya, ¿ok? - dije pestañeando infinitamente mis ojos.

- Cállate.

- ¿No lo sabéis? - interrumpió Miguel.

- ¿El qué? - dijimos Alfonso y yo al unísono.

- Ayer por la noche, Mario se lió con una morena de un tremendo cuerpazo delante de Míriam.

- ¡¿Que dices?! Jajaja, la que se va a armar.

- Mario debería de romper definitivamente con Míriam, lo único que sabe hacer es serle infiel.

- Vamos Alfonso, solo son "peleitas" de parejas, nada más. - introdujo Miguel.

- Eso no es una simple "peleita". Me voy a clase, está a punto de tocar el timbre, nos vemos luego.

- Ok. - dijo Miguel bajando la cabeza en modo rendición. - ¿Por qué es así?

- Por qué es Alfonso. Bueno, me voy yo también a clase, no hay nadie más aquí con quien divertirme. - le dí unas palmaditas en la espalda. - Chao.

- ¿Y yo?

- ¿No querías llegar temprano a clase?

- Ash... ok, ok, nos vemos después.

- ¡Bye!

Normalmente vamos a clase juntos pero, nuestras optativas son diferentes. Por ejemplo, Miguel hace informatica, pero para buscar mujeres en google; Mario hace Educación Física, para ver a las chicas correr y... ya sabéis; Alfonso hace Tecnología, el sí que va para A-P-R-E-N-D-E-R; y yo hago Plástica porque paso de estar encerrado entre ordenadores, paso de correr 1h entera, y no soy bueno en eso de hacer croquis, maquetas,... así que decidí hacer Plástica, lo único que hacemos es dibujar, pintar con acuarelas, hacer una que otra actividad... y ya está. Lo bueno es que, ¡soy el dios del dibujo!, lo malo es que, soy un ogro en pintar con pinceles...

Decidí encaminarme hacia mi respectiva clase, y cuando estaba a dos pasos de girar una esquina, alguien se tropezó conmigo, haciendo que su cuerpo se impulsara hacia atrás. Rápidamente cogí su brazo, evitando que cayera y... vi unos ojos negros. Eran tan negros como la noche, y brillaban como el cielo estrellado.

- Perdón...

Se soltó de mi agarre y siguió caminando en mi sentido opuesto. Miré hacia atrás y visualicé a una figura esvelta con un largo cabello con ondas en las puntas de color, negro también.

Seguí caminando y me detuve al escuchar a alguien hablar.

- Algún día aprenderá la lección. Estoy harta de que nos trate como si no fueramos nadie. Nosotras somos superiores a esa, ¡y encima se atreve a dejarnos con las palabras en la boca!

- ¡Sí! Como la odio, debería desaparecer y...

- ¿Quién debería desaparecer? -dije entrometiendome en su absurda conversación.

- Ángel. Sólo hablabamos de esa estúpida, nadie importante.

- Mari tiene razón, NADIE importante. - dijo esta vez Beatriz.

¿No será la chica con la que me acabo de encontrar?

Quisiera ConocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora