Capítulo 14

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ESPECIAL RYAN 2/?

Camino sin conciencia hacia Dios sabe dónde. Mis pensamientos no abandonan mi ser. Solo logro pensar en lo mismo. Duele ver como un gran amigo es destruido injustamente por una enfermedad. No es justo. Él siempre ha sido una persona de sentimientos, alegre, activa, motivadora. Siempre ha sido el único que ha logrado levantarme la moral en mis peores momentos. La única persona que conozco que es capaz de preocuparse antes por los demás que por sí mismo.

Sonrisa. Sí, creo haber logrado ver una sonrisa en su rostro hace apenas unos minutos. ¿Será que Devonne pueda llegar a ser esa persona especial capaz de levantarle el ánimo a mi amigo? ¿Será que ella pueda lograr hacer de esta pesadilla un hermoso sueño?

Me dejo caer sobre el césped junto a un árbol, apoyando mi espalda sobre este. Lágrimas traicioneras caen por mi mejilla rápidamente. Este tema supera a cualquiera. ¿Cómo se asimila algo así? No puedo creer que en realidad esté sucediendo. He intentado permanecer lo más fuerte y sereno posible, pero es imposible, Justin es mi mejor amigo, no puedo simplemente dar la espalda a lo que le sucede en realidad. Es un puñetero tumor, una maldita enfermedad que está acabando con él.

Sé que no es justo para él verme así, pero a mí también me duele, necesito sacar todo lo que llevo dentro, y que mejor lugar que este. Apartado de todos, apartado de él, dónde nadie pueda verme.

—Ryan... —¿Es posible que esa hermosa voz sea capaz de inundar paz en mi interior? Un pequeño cuerpo cae sobre el césped a mi lado, y con toda la fuerza que apenas sabía que existía la atraigo hacia mí. Dejando su peso sobre mis piernas, abrazando por completo su cuerpo.

Huele tan bien... Dejo descansar mi cabeza sobre su hombro, y parece no importarle, pues rodea mi cuello con ambos brazos y acaricia suavemente mi pelo con sus manos.

Me dejo llevar entre sus brazos, dejo caer una lágrima tras otra, me desahogo. Minutos después consigo tranquilizarme, se siente bien estar así.

—Gracias por estar aquí Brenda —Bajo muy despacio ambas manos hasta sus caderas, rozando a mi paso cada hueco que encuentro de su cuerpo, aunque por encima de su camisa. Levanto la mirada y la conecto inmediatamente con la suya.

—No tienes nada que agradecer —Siento sus manos rozar mi rostro, retirando cada rastro de lágrima que haya podido quedar ahí —Sé perfectamente cómo te sientes, porque yo estoy sintiendo lo mismo —Cierro los ojos mientras me dejo llevar por sus caricias.

—No puedo entender por qué a él, me duele...

—Lo sé peque, pero debemos tener fe. Tenemos que creer que todo va a salir bien. Por él, por nosotros.

Asiento y sin saber cómo ni por qué muevo la cabeza hacia un lado y beso la palma de su mano, que aún descansaba sobre mi mejilla. Brenda la retira inmediatamente y abro los ojos con tanta urgencia que creo haberme mareado. Suspiro, vuelvo a conectar nuestros ojos y sonrío.

—¿Sabes? Creo que Devonne puede hacerle bien a Justin. Los he visto una sola vez, pero desde que todo esto empezó nunca había visto a Justin sonreír —La veo fruncir el ceño —Creo que Justin desde un principio ha estado interesado en ella, pero por cabezón nunca ha dado el paso.

—Eso es imposible Ryan, a penas se conocen.

—¿Qué tiene eso que ver? Mírame a mí. Aunque nunca me he atrevido, desde el primer momento en que te vi, he deseado besarte.

—¿Qué? —Parece sorprendida, pero no la dejo reaccionar. Paso ambas manos por su cuello y la atraigo hacia mí. Rozando sus labios con los míos. Intenta separarse, pero no la dejo. Cuando por fin enreda sus brazos en mi cuello intensifico el beso, cambiando mis brazos de posición.

Me encanta esta sensación. Sus dedos enredándose en mi pelo, los míos rozando sus caderas, nuestras lenguas luchando por el control. Su sabor es irremplazable, me encanta sentirla así.

Una sensación extraña se posa en la boca de mi estómago mientras millones de mariposas vuelan dentro de mí ser. Gruño y maldigo una y mil veces al tener que separar nuestros labios, si no fuera por el aire que mis pulmones reclaman podría estar todo el día besándola.

—Creo que va siendo hora de volver dentro pequeña, pronto abrirán el comedor y tenemos que comer algo —Dejo un suave y tierno beso en la punta de su nariz. La ayudo a ponerse en pie y cuando consigo levantarme camino junto a ella hacia el interior.

***

IMAGEN DE MULTIMEDIA CREADA POR Sharay_Keating

1. En el Corazón no se Manda (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora