1. En el Corazón no se Manda (TERMINADA)

Epílogo

|Narrador omnisciente|
—Buenos días príncipe —Una pequeña lágrima desciende por su rostro inconscientemente. Devonne acerca el sillón junto a la cama de hospital y se sienta junto a él —Aquí estoy nuevamente, como cada mañana —Sus manos se unen como de costumbre, la de él inconsciente y la de ella dando calor y acariciando suavemente su piel —Pidiendo... Rogando, que por favor despiertes. Te necesitamos Justin. Yo te necesito ahora más que nunca. Escuchar tu voz, ver tu sonrisa y sentirte a mi lado cada día. No puedes rendirte, hay muchas personas que esperan por ti —Devonne suspira y acerca su rostro al de él, robando un casto beso de sus labios e incorporándose nuevamente en la silla —Por favor mi amor, te lo suplico —Solloza.

—Cariño, es la hora.

Vuelve a suspirar y con rabia limpia las lágrimas que aún descienden por su rostro.

—He venido a despedirme —Dirige la mirada hacia su padre, que espera impasible en la entrada de la habitación.

—Lo sé mi niña. Pero no debes temer, él está bien y el día menos esperado despertará —Nick se acerca a su hija e intenta acariciar su mejilla, pero ella se aparta y mira con dolor a su padre.

—¡Pero cuando va a llegar ese día papá! —Grita desesperada —¡Hace seis semanas que Justin está en coma y no hay ningún avance!

—No digas eso Devonne, eso no es... —Nick queda en silencio sorprendido. Sus ojos están puestos en la cama tras Devonne y ella inmediatamente se vuelve hacia el origen de la atención de su padre. Sus ojos empiezan a aguarse y nuevamente una pequeña lágrima cae por sus mejillas.

—Justin... —Susurra. El chico, con labios resecos, y grandes y hermosos ojos abiertos, observa el lugar con interés —Mi amor —Y sin poder evitarlo Devonne acorta la poca distancia que los separa y lo abraza, bajo la atenta mirada de un Justin confundido.

—Devonne, cariño —Nick se acerca a su paciente, pidiendo a su hija un poco de espacio para poder trabajar —Justin, mírame —Ordena, colocando una pequeña linterna sobre los ojos del chico e intentando mantener sus párpados abiertos. Le toma el pulso, lo observa de arriba abajo y tras comprobar que todo está bien, con ayuda de una enfermera, retira los tubos molestos incrustados en su nariz—. ¿Cómo te sientes?

Con su ayuda, Justin se incorpora. Con la respiración un poco agitada observa a su alrededor y frunce el ceño al comprender donde se encuentra.

—¿Qué... qué ha pasado? —Pregunta, sintiendo el raspar de su garganta al hacer salir las palabras.

Devonne se mantiene al margen, observando con una enorme sonrisa a su chico sentado en la cama, mientras su padre lo revisa y comprueba que todo esté bien.

—Es normal que estés un poco confundido —Explica Nick, acercando a su paciente un baso con agua —La operación ha sido un poco complicada, pero lo importante es que ya estás aquí. Sólo hay que hacer unas últimas pruebas para comprobar que el tumor a remitido completamente y podrás volver a casa.

—¿Operación? —Justin da un pequeño sorbo de agua, refrescando su garganta para poder hablar con más claridad —¿Tumor? ¿Qué... qué tumor?

—Justin, hijo.

Pattie entra en la habitación sorprendida, corre hacia su hijo y le abraza. Jeremy, tras ella, espera a que esta se aparte para poder abrazar también a su hijo. Ninguno es consciente del miedo reflejado en el rostro de Devonne, quien empieza a marearse y con un poco de esfuerzo se sienta sobre una silla situada unos pasos más atrás de la cama para no caer al suelo.

—Mamá, papá, ¿qué ha pasado? —Sus padres vuelven la mirada hacia el doctor, que con cierta preocupación y habiéndose apartado para que ambos padres pudieran recibir nuevamente a su hijo, les mira y niega levemente con la cabeza.