Capítulo 2

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|Narra Devonne|

Son las nueve de la mañana cuando consigo levantar mi cuerpo de la cama. No he dormido nada, las malditas pesadillas han vuelto y no puedo evitar sentir miedo. Hace tiempo que había olvidado lo sucedido, solo mis padres conocen la verdad de lo que pasó aquella noche.

Después de aquel día, estuve algún tiempo sin dormir, mis gritos despertaban a mis padres y después de las pesadillas me era imposible volver a conciliar el sueño. Año y medio he pasado sin pesadillas, y no logro entender por qué hoy han vuelto.

Miro a mi alrededor y veo que no hay nadie en la habitación. Supongo que las chicas han ido a desayunar. Agradezco haber conocido a dos personas como ellas. Son amables, bonitas y sencillas. Odio a la gente que por ser hermosa y popular se creen mejor que otros, pero la impresión que dieron Tefi y Brenda es todo lo contrario.

Los ojos celestes de Brenda dan a su rostro un toque de belleza espectacular, pero la cara angelical de Tefi no se queda atrás. Ambas son hermosas a su manera. Ambas cuentan con un hermoso cabello largo. Ambas tienen un cuerpo espectacular, y ambas odian a aquellas personas que creen ser mejor que los demás. Al menos hay algo que tenemos en común, ninguna soportamos a las barbies de instituto.

Entro en el baño y me doy una ducha rápida. Saco del armario un pantalón vaquero y una sudadera sencilla y maquillo un poco mi rostro para ocultar las ojeras por falta de sueño. Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina. Si no recuerdo mal, sólo tengo que bajar las escaleras y girar a la derecha.

Hay mucha gente en el comedor, dejo mi desayuno en la bandeja y miro de un lado a otro en el lugar. A lo lejos, veo a Estefanía hacer señales en mi dirección. Me acerco a ellas y me dejo caer en la silla junto a Brenda no sin antes dejar la bandeja sobre la mesa.

-Siento haberos despertado anoche -Me disculpo antes de morder la tostada con mermelada.

-No te preocupes, ¿tú estás bien? -Suspiro, no sé si decir la verdad o mentir.

-Sí, ha sido simplemente una mala pesadilla, pero ya está, ya pasó.

Siento las miradas de ambas a mi alrededor, y aunque aún no nos conocemos lo suficiente, sé que no están conforme con mi respuesta. No quiero hablar de ello, así que no intento explicarme más.

-Tefi, Tefi, Tefi, me ha dicho un pajarito que has quedado conmigo esta noche -Siento a alguien rozar mis pies por debajo de la mesa, pero no le echo cuenta. Termino mi tostada en silencio y bebo un gran buche de cola-cao.

-Piérdete Bieber, ni en tus mejores sueños.

-Nos vemos luego chicas -Me levanto de la mesa dejando la bandeja sobre esta. Los recuerdos han vuelto a mí y sinceramente no quiero derrumbarme aquí. Salgo del comedor sin mirar a nadie a la cara y subo directa a mi habitación. Ahora mismo me importa una mierda si puedo o no permanecer aquí.

|Justin|

Maldita mierda de vida. No quiero despertar y mucho menos levantarme. Me gustaría dormir veinte días seguidos. No me hace falta comer, ni orinar, ni cagar... Solo quiero desaparecer...

—Vamos Justin, hay que desayunar.

Termino de vestirme y me obligo a levantar el trasero de la cama, sigo los pasos de Ryan y Chaz y juntos nos dirigimos al comedor. Veo a lo lejos a Brenda sentada con sus amigas, aunque parece que se ha echado una nueva amiga.

Recojo mi desayuno y me dirijo hacia ellas, quiero ver si por fin consigo algo con Estefanía, y de camino me saco la duda de quien es la chica nueva.

—Tefi, Tefi, Tefi, me ha dicho un pajarito que has quedado conmigo esta noche —Dejo caer mi cuerpo a su lado, rozando sin querer a alguien bajo la mesa. Tefi rueda los ojos en mi dirección, y Brenda parece estar indiferente.

—Piérdete Bieber, ni en tus mejores sueños —Creo escuchar su respuesta, pero estoy demasiado ocupado mirando a la chica frente a mí. Frunzo el ceño, parece decaída.

—Nos vemos luego chicas —La veo levantarse de la silla y dejar la bandeja sobre la mesa. La sigo con la mirada, y cuando desaparece por la puerta vuelvo con mis amigos a la mesa que han escogido para comer.

Como de costumbre, dejo casi toda la comida en la bandeja. Los chicos se enfadan y vuelvo a mi habitación a descansar.

1. En el Corazón no se Manda (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora