El torneo y la primera prueba

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Por la mañana, los chicos asistieron como de costumbre a sus clases, estaban muy emocionados porque al fin por la tarde tendrían su tan anhelado torneo y podrían ver todo lo que Dumbledore y el ministerio les tenían preparados.

Mientras estaban en clases de pociones Snape los hizo trabajar en parejas. A Ron le tocó con Hermione, ocasión que él no desaprovechó por supuesto.

—Deberán elaborar Verita Serum —ordenó Snape—. Las instrucciones están en el pizarrón.

Hermione se apresuró a ir al armario de las especias para buscar los ingredientes que necesitaban y al regresar a su asiento Ron la esperaba para hablar.

—¿Y bien? —comenzó el pelirrojo—. ¿Puedo saber por qué me ha estado evitando, señorita?

—Porque no quiero hablar contigo, Ronald —respondió la castaña mientras le agregaba agua al caldero.

—Pero ¿por qué? —preguntó Ron—. Si ya me disculpé con todos ustedes.

—No es por eso, Ronald, yo ya te perdoné tu falta de madurez.

—Entonces ¿por qué no quieres hablarme?

Snape pasó junto a Ron y al ver que este estaba prestándole más atención a su conversación que a su poción, le azotó la cabeza con un ejemplar de Mil hongos y hierbas mágicas, curso seis.

—¡Auchhh! —exclamó Ron acariciándose la parte posterior de la cabeza.

—¡Lo ves! —dijo Hermione—. Será mejor que hablemos en otra ocasión.

Ron giró y miró a Snape que en ese momento estaba de espaldas a ellos.

—¡Por Merlín! Ni siquiera está mirando hacia acá. ¡Ahora dime! ¿Por qué me evitas? —preguntó tomándole la mano que en ese momento Hermione usaba para revolver su caldero.

Pero en ese momento una lechuza hecha de pergamino plegado se posó justo en su mesa. Al ver lo que contenía Hermione lamentó que no hubiese caído dentro del caldero hirviendo.

Era una nota de Lavender, escrita con tinta roja y estaba adornada con corazones.

Mi querido Ron Ron no he podido olvidarte ni un segundo. Eres tan lindo y tierno que no puedo dejar de pensar en ti. Si algún día te sientes triste o solo siempre estaré allí para hacerte sentir mejor.

Con amor

Lavender Brown.

Hermione y Ron se giraron casi por instinto y vieron cuando Lavender le enviaba un beso con la mano a Ron. Este le envió una sonrisa tímida, casi de fastidio. Hermione en cambio soltó un gruñido.

—¡No la soporto! —dijo.

—¿En serio? Yo tampoco —respondió Ron entornando los ojos, colocando disimuladamente el trozo de pergamino dentro de las llamas que yacían bajo el caldero.

—¿Ah sí? —preguntó Hermione en un susurro pues Snape volvía a pasar junto a sus asientos, esperó a que pasara y luego añadió—. Pero el otro día parecía todo lo contrario.

—¿A qué te refieres? —inquirió Ron en el mismo tono de voz que ella.

—Nada en particular. Ronald, Ya déjame trabajar y más bien pásame esa botella de allí—. Lo eludió la chica.

—No, en serio ¿a qué te refieres exactamente cuando dices «el otro día»? – Volvió a insistir.

—Me refiero a que los vi —espetó con rabia—. Los vi en los invernaderos así que no te entiendo cuando dices que no la soportas si en cambio rechazas la compañía de tus amigos para irte a besuquear con ella.

¡Lily estás viva!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora