¡Lily estás viva!

Las declaraciones de amor y el descubrimiento de Harry

Nota de autora:  Quiero pedir disculpas por lo largo que quedó el episodio, lo que sucede es que revisandolo me di cuenta de que había omitido un episodio antes de este, uno que se llama "declaraciones de amor" y que sí está publicado en potterfics donde originalmente subí esta historia cuando la escribí en 2012. Así que como no encontré otra forma de anexar el episodio sin alterar la estructura de toda la historia decidí añadirlo aquí mismo y así se entiende perfectamente 

Llegó la víspera de navidad y todos estaban congregados en el comedor de la mansión de los Malfoy, después de un banquete maravilloso. Draco miró a Harry y a Ron con suspicacia, sospechando que tal vez se habían acobardado y en vista de que realmente ninguno de los dos amigos decía nada, el rubio tomó una de sus copas para golpearla ligeramente con un tenedor y así llamar la atención de los comensales. Los chicos palidecieron

—Quiero hacer un brindis por todos ustedes —empezó Draco—, por todos los amigos que visitan nuestra casa.

El chico alzó su copa y bebió un sorbo. Los demás lo imitaron.

—También —continuó el chico—, quiero brindar muy especialmente por mis amigos Ronald Weasley y Harry Potter que tienen algo importante que revelar esta noche.

Todos los presentes brindaron pero se miraban los unos a los otros extrañados mientras los dos aludidos palidecían y discutían acerca de quién sería el primero en revelar lo que debía.

—Tú primero, Harry —lo apremió el pelirrojo.

—No, creo que el primero debes ser tú —rebatió Harry.

—¡Vamos, Ron! —lo exhortó el señor Weasley—. Di lo que tengas que decir, hijo.

Ron se rindió al fin, así que carraspeó su garganta y se dispuso a hablar aunque con dificultad, con la mirada fija en una servilleta que retorcía entre las manos temblorosas.

—Bien... Hermione. Yo quiero decir que... Es decir yo... —de pronto fijó su mirada en los señores Granger que estaban junto a su hija y se cohibió más todavía—. Yo... Yo...

—¡Oh vamos, pequeño Ronnie! Termina de hablar —canturreó su hermano Fred.

—Sí, continúa pequeño Ronnie —lo exhortó George usando el mismo tono de Fred.

—¡Ya déjenlo en paz! Continúa, cielo —dijo la señora Weasley.

—Bueno yo quiero decir... ¡Cielos! ¿Por qué cuesta tanto? —comentó el pelirrojo—. Está bien, aquí voy de nuevo. Hermione Granger quiero decirte que te amo desde hace mucho tiempo y que si tuviera la dicha de ser correspondido me gustaría que fueses mi novia —dijo todo esto muy rápido pero todo el mundo pudo captar el mensaje, luego continuó en un tono de voz más pausado—. ¿Qué dices? ¿Me aceptas?

Hermione se quedó pasmada, sin habla, solo le brotaban algunas lágrimas de felicidad del rostro y sus padres, que estaban sumamente contentos con la declaración, la exhortaron a responder. Por su parte Ginny, los señores Weasley y los gemelos lucían unas sonrisas radiantes en sus rostros al igual que los demás invitados.

—¡Vamos hija! Contesta —la exhortó William Granger

—Sí, cariño, tienes que decir algo —intervino Anastasia. 

Hermione se levantó del asiento y caminó hacia Ron que la contemplaba nervioso, temiendo un rechazo o una bofetada. Al parecer pasaba por alto la radiante expresión en el rostro de la chica.