Capítulo 9.

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"El amor no se puede definir, definir es limitar y el amor no tiene límites." Carlos Cuauhtémoc.

***

Abrocho mis pantalones vaqueros y me dirijo hacia la salida del gimnasio mientras me trenzo el pelo húmedo. Nada más salir del lugar y acabar de trenzármelo, saco de mi mochila una caja de cigarrillos junto el mechero.

     Sostengo un cigarro entre mis labios y acerco el mechero a la punta, le prendo fuego y aspiro fuertemente. El humo llega a mis pulmones y lo suelto por la nariz a la vez que busco en mi mochila los cascos y mi teléfono. Me los pongo y pulso el play a la canción: Ármame de ganas - Nikone.

Emprendo camino hacia mi casa mientras la música me envuelve y el cigarro, que se encuentra entre mi dedo índice y corazón, calma mi estrés por los exámenes.

Observo Córdoba a las cinco de la tarde mientras pego reiteradas caladas a mi cigarrillo, pero entonces me paro en seco. En la otra acera veo a Hugo tomado de la mano con aquella rubia de la foto de Instagram, Leire.

Saco el cigarro de mi boca y observo, de lejos, la sonrisa que inunda el rostro de Hugo. Aprieto mi mandíbula y trago duramente mientras niego con la cabeza y escaneo de pies a cabeza a aquella chica.

“¿Qué le habrá gustado de ella a Hugo?”

Ruedo los ojos ante mi absurda pregunta ya que es bastante evidente la respuesta: no es virgen y tiene un cuerpazo digno de admirar.

  Vuelvo a retomar el camino hacia mi casa mientras fumo con más ansías de las que tenía al principio.

    Me encuentro a unos metros de mi edificio, apago el cigarrillo y lo lanzo a un contenedor para después sacar colonia y aplicármela por el cuerpo.

Tras eso, me adentro al edificio mientras aquella imagen se repite tantas veces que me conozco hasta el más mínimo movimiento de aquello que he visto.

-Deja de pensar en eso, Melissa -me riño a mí misma, nada más entrar en mi casa.

Me quito los auriculares y voy directa a mi habitación sin saludar a mis padres. En mi mente, a pesar de intentar distraerme, tan solo se repite aquella sonrisa de Hugo cada dos por tres.

     Tomo asiento en la silla de mi escritorio y abro mi portátil para iniciar sesión en Skype. Cuando se enciende, tecleo hábilmente mi usuario y contraseña para después acceder al grupo que tenemos las tres.

Melissa_2: ¿Podéis yaaaa?♥

Y, a los segundos, recibo una respuesta:

Sandruski: Yes, yes. I can. HAHAHA, no sé por qué dicen que suspendo inglés 8c.

A_lexia45: Sí, venga.

Envío una petición de vídeo-llamada al chat grupal y, al poco tiempo, las dos aceptan. La imagen de mis dos mejores amigas aparece en mi pantalla y observo, inmediatamente, a Sandra bostezar.

-Buenos días, Sandrita.

Ella ronronea.

-Mel, no me llames así.

Alexia y yo reímos.

-¿Sabéis a quién he visto hace un rato?

Esperando la respuesta de mis amigas, observo cómo Sandra se frota los ojos y Alexia frunce el ceño a modo de respuesta.

-Hugo y Leire.

-¡¿Qué?!- exclama Sandra, reaccionando tras haber dicho aquello.- ¿A la puta?

-Sandra, tu vocabulario...

-Cállate, Alexia.

-No, Sandra — le reprocho con una mirad de advertencia —. ¿Qué te dije a cerca de hablar así de una mujer? No seas machista.

Ella vuelve a disculparse ante aquello, posa su espalda en el respaldo de su silla y me hace un ademán con la mano para que explique

-Sí, iban de la mano juntos y bueno...

-¿Y?... — murmura Alexia, incitándome a continuar.

Mordisqueo mi labio inferior mientras observo a mi amiga morena.

-Resulta que él iba muy feliz.

Sandra resopla con desagrado.

-No sé qué decirte, Mel.

-Yo tampoco, la verdad — opina igual Alexia, con su pelo rubio recogido en un moño desaliñado —. Que tenga una sonrisa estando con ella, pues mira... Pero eso no implica que sea feliz con ella en cuanto al amor. A lo mejor quieren solo sexo y ya.

     Me quedo fija mirando un punto cualquiera del portátil, repasando las palabras de una de mis mejores amigas y asintiendo lentamente.

“Tal vez sea solo eso... Pero aún así sigo sin comprender por qué me siento así.”

-Mel, ¿estás? —pregunta Sandra con su ceño fruncido.

Asiento, prestando atención a la vídeo-llamada.

-No sé por dónde iba.

Sandra ríe.

-Por donde les has visto.

Vuelvo a asentir.

-Ah, sí... No sé, le he visto muy feliz y...

-Una cosa - me interrumpe Alexia. -¿A ti te mola Hugo?

Frunzo el ceño confusa y niego con la cabeza.

-¿Por qué me tendría que gustar?

-Porque estás muy pesadita con el tema de él -dice Sandra, mientras prende fuego a su cigarro.

Acaricio la trenza que se posa sobre mi hombro derecho mientras miro absorta la pared granate de mi habitación.

-Tal vez sea la necesidad de un chico.

-O la de follar - comenta Sandra mientras suelta el humo de su boca.

-¡Ale, venga! ¡Vulgar!

-¡Que te calles, loco!

Hago caso omiso a la discusión de mis mejores amigas mientras pienso en lo que ha dicho Alexia.

“¿Será que me emperro tanto en el tema porque me siento sola?”

-¡Melissa!

Con aquel grito, vuelvo a la realidad. Observo a mi amiga rubia sonreír hacia la webcam cuando ve que les vuelvo a prestar atención.

-Este mediodía he cotilleado su Instagram.

-¿Y qué fotos tiene?- le pregunta Sandra a Alexia, antes de pegar una calada a su cigarro.

-¿Como las de aquella chica que se pegó con Sandra?

Asiente.

-Más o menos.

-Pásame su usuario por el grupo de WhatsApp, Alexia —pido.

Mi amiga asiente y, a los segundos, recibo un link con su cuenta. Rápidamente accedo a ella y empiezo a mirar foto por foto mientras abro los ojos realmente sorprendida.

-Son muy... ¿provocadoras?

-Más bien, asquerosas.

-Estoy de acuerdo con Alexia, Mel.

Miro, por un momento, la pantalla de mi portátil y observo a mis dos mejores amigas cotillear la cuenta de la "novia" de Hugo.

-¿Creéis que es rubia de bote?

-Chocho morenote - dice Sandra, para después estallar las tres en carcajadas.

Tras acabar de reírnos, volvemos las tres a mirar con lupa cada una de las fotos de Leire.

-Pues no es de bote - murmura Alexia mirando su teléfono-. Porque se nota que es natural, como yo.

Dejo el móvil al lado de mi portátil y deshago mi trenza mientras la imagen de Hugo junto ella vuelve a mí.

¿Qué tiene ella, aparte de ser un bombón?

Susúrrame "te quiero". [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora