" Echo de menos reírme de
la vida,
darte la mano y sentir la adrenalina.
Echo de menos los latidos de tu corazón,
el bombeo que marcaba la pérdida de mi corazón. " Nerea Nieto.***
Las vacaciones de pascua están a la vuelta de la esquina, y con ellas, el fin de semana en la casa del lago de Álvaro.
Bajo las escaleras corriendo mientras me pongo mi mochila colgando de uno de mis hombros y beso la mejilla de mi padre y madre.
-¡Adiós!
-Ten un buen día, Melissa.
Salgo de casa y Álvaro me espera pacientemente en la acera de mi casa. Sonrío, a lo que él me corresponde, y emprendemos camino hacia el instituto.
-Estás muy alegre hoy -comenta mientras sus ojos azules me observan.
Asiento sin dejar de sonreír.
-Lo sé.
-¿Y eso se debe a...?
-David y yo haremos ya tres meses.
Alza las cejas sorprendido.
-Enhorabuena.
Le guiño un ojo junto una sonrisa.
-¿Y tú con las chicas?
Niega con la cabeza.
-Nada, de momento.
Le miro pícaramente.
-No serás como Hugo, ¿verdad?
La mención de su nombre causa en mi interior un revuelto de sensaciones jamás experimentadas. A mi mente viene su rostro y mi corazón rápidamente empieza a latir.
-Para nada - niega con la cabeza-. Por cierto, ¿lo habéis arreglado?
Frunzo el ceño.
-¿El qué?
-La disputa del otro día —me aclara, con su mirada fija en el horizonte—. Hugo y tú, a pesar de todo, habéis estado muy unidos siempre.
-Pues ya no- niego —. No me gusta como se está comportando ahora, Álvaro. ¿Quién se cree? Lo deja con Leire, vuelve con ella y solo la quiere por las putas mamadas que le hace. ¡Me da asco!
Álvaro ríe.
-Mel, tranquila.
Resoplo.
-No puedo estarlo, Álvaro. Este tema me saca de casillas.
Llegamos a la entrada del instituto y vemos a Hugo dándose un largo y poco pudoroso beso con una morena con unos grandes pechos, los cuales Hugo está tocando.
-Mira, Mel. Esa te gana de talla.
Le miro con incredulidad.
-Al menos mi talla 95C es natural- espeto —. Por cierto, ¿no salía con Leire?
Asiente.
-Y sigue saliendo — murmura, con su vista todavía fija en ellos dos.
Frunzo el ceño confusa. No puede estar pasando.
-¿Entonces...?
-Le paga con la misma moneda.
Ruedo los ojos, me cruzo de brazos y me dirijo hacia las escaleras.
Eso es de ser infantil.
-Mel, ¿dónde vas?
Me volteo, veo a Hugo junto Álvaro y les saco el dedo de en medio.
-Sois más imbéciles... - poso mi mirada en Hugo-. Y tú, si te crees que haciendo eso eres más machito, vas equivocado — espeto sin pudor alguno entre el alumnado que sube a estas horas por las escaleras —. Por cierto, espero que no cojas ninguna enfermedad de transmisión sexual.
Sus ojos marrones me observan atentamente y veo como traga fuertemente. A su vez, Álvaro abre la boca incrédulo ante mis palabras.
“Que le den a Hugo.
Que le den a la morena esa.
Que le den a mi mejor amigo.
Que le den a todo.”
***
El timbre de mi casa suena, abro la puerta rápidamente encontrándome a Sandra e Alexia.
-Un momento — les pido —. Cojo el bolso y salgo.
Tomo el bolso que se encuentra en la recepción y voy hacia la entrada. Cierro la puerta y emprendemos camino hacia Córdoba centro.
-¿Y les dijiste eso?- pregunta Alexia con incredulidad.
Asiento.
-Pues yo hubiese hecho lo mismo... Hugo realmente ha cambiado.
-No me lo esperaba así, sinceramente - murmura Alexia.
Nos paramos en plena calle transitada, Sandra lanza su cigarro a la papelera y diviso entre la gente a un chico que se me hace familiar.
Cuando enfoco mejor mi vista, puedo ver que es Ezequiel, aquel amigo de David, y se encuentra junto a él.
“Será mentiroso...”
-Chicas, ahora vengo.
Empiezo a caminar hacia donde se encuentran intentando mirar si se trata de David aunque mi interior quiere que no sea él.
-¿David?
Sus ojos azules se posan sobre mí y guarda algo que tiene en su mano.
-Hola, Mel...
Miro un segundo a Ezequiel y enfoco mi vista en la mano de mi novio.
-¿Qué tienes ahí?
-Nada.
-David, no me ocultes las cosas.
Observo con detenimiento a Ezequiel mientras espero una respuesta sincera y sin rodeos de David, el cual se encuentra buscando las palabras exactas.
-Solo le estoy guardando cosas que él no puede tener.
-¿Cómo el qué? – cuestiono, cruzándome de brazos y posando mi mirada en sus ojos.
David resopla.
-Esto...
Él, con lentitud, abre su mano para darme a mostrar una pequeña bolsa llena de maría. Yo, sorprendida y con decepción, dejo de observar eso y miro a David.
-Quiero hablar contigo – le pido posando mi mirada en Ezequiel -. En privado.
-Vete – le insta él -. Yo te espero aquí.
David y yo nos vamos a un lugar alejado mientras yo no doy crédito a lo que me acabo de enterar.
-Como te pillen...
-No, tranquila – intenta tranquilizarme -. Solo será por un tiempo.
-David, él no me gusta.
Mi novio me toma de la mano y me mira intentado que le comprenda.
-Melissa, tranquila.
ESTÁS LEYENDO
Susúrrame "te quiero". [Parte 1]
RomanceLa amistad es un pilar fundamental en cualquier momento de la vida de alguien. Estableces entre ellos una relación de simpatía, cariño y confianza...¿Pero qué pasaría si te enamoras de un amigo de toda la vida? Esto es lo que le ha pasado a Melissa...