Susúrrame "te quiero". [Parte 1]

Capítulo 28.

"El amor no tiene cura,
pero es la cura para todos los males." Leonard Cohen.

***

-¿Y entonces?

Frunzo el ceño.

-Entonces, ¿qué?

-Pues que si Hugo te gusta.

Observo con asombro a Alexia y niego con la cabeza.

“Hugo no me gusta.

Hugo es un amigo.”

-No.

-Melissa, no mientas -me pide Sandra-. Tanto Alexia como yo somos conscientes de tu evidente atracción con él.

-Solo somos amigos, Sandra.

-El año pasado no quedabais los dos solos para ir a un lugar, ni hablabais tanto por WhatsApp.

Me encojo de hombros.

-Simplemente hemos reforzado nuestra amistad.

-Por favor, Melissa... -suplica Alexia- ¿Por qué no te das cuenta?

-¡Hugo no me gusta!- exclamo- ¡Es solo un maldito amigo!

-¡Pues es un amigo por el cual los ojos se te van!

Mi móvil vibra y lo saco del bolsillo, lo desbloqueo y accedo a WhatsApp.

Hugo: ¿Te pso a buscar mañana?

Hugo: *paso.

-Ya tiene la maldita sonrisa en la cara -farfulla Sandra-. Es Hugo, ¿verdad?

La miro y ruedo los ojos.

Melissa: Sí, gracias ♥.

-Sí, lo es. ¿Y qué?

-Pues que si otro te manda un mensaje parecido al de él ni sonríes -dice Alexia.

-Melissa, ¿acaso no te das cuenta?

Tomo asiento en los pies de la cama de una de mis mejores amigas y contemplo el suelo con atención mientras mis pensamientos vagan y me detengo a recordar las cosas sucedidas con Hugo.

Es cierto que nos hemos acercado más que antes, incluso hacemos cosas que antes no hacíamos, pero aparte de eso nada más.

-Entrelazamos nuestras manos -digo recordando aquel día en el pasillo -. Y cuando le veo siento...

-Las mariposas.

Niego con la cabeza mientras observo todavía el suelo.

-Mi corazón se acelera -prosigo-. E incluso llego a sentir que me falta oxígeno.

-Mel...

-Yo no quería sentir nada por Hugo, lo juro... -suspiro-. Es bastante evidente que entre los dos no podrá haber nada.

-¿Te convenciste de que es solo tu amigo? -asiento- Oh, Mel...

-Ni que me estuviera muriendo, chicas -comento irónica-. Solo que todo esto empezó hasta antes de que saliese con David.

-¿Entonces...?

-Yo quería y quiero a David, pero...

-Hugo lo sobrepasa -acaba por mí Alexia.

-No. Simplemente Hugo interviene en mis sentimientos.

-Vamos, que te pone pepitilla perdida.

Las tres reímos.