"Cada día desea más mi sangre y se me agranda de amor y se me desbanda, y no llego a comprender por qué no lo he de querer si el corazón me lo manda." Miguel Hernández.
***
Mi respiración se acelera mientras observo a mi madre levantarse y dirigirse hacia mí a la vez que proceso la información de que ella se ha enterado.
-¿Me puedes explicar dónde has estado, Melissa?
Mis ojos conectan con los suyos verdes y veo enfado en ella.
-He estado con mi novio - contesto sinceramente.
Mi madre frunce el ceño.
-¿Quién es él, Melissa? ¿Cuántos años tiene? ¿Desde cuándo salís? ¡¿Por qué no sé nada?!
La observo y noto como mis ojos se empiezan a empañar y busco las palabras exactas para que mi madre no me aleje de David, porque le quiero.
Trago fuertemente y respiro profundamente.
-Se llama David y tiene veinticuatro años, mamá.
Los ojos de mi madre se ensanchan y su boca se abre levemente para después ser cerrada con fuerza y veo su rostro volverse rojo.
-¡¿Tú sabes con quién te metes, Melissa?! ¡Tiene veinticuatro años, por el amor de Dios! - grita enfadada - ¡Tú no puedes salir con un mayor de edad, joder! ¿Has mantenido relaciones con él, Melissa? ¡Es algo penado por la ley! ¡¿Es que no puedes hacer cosas sin siempre fastidiarla?!
-¡Pero yo le quiero, mamá! ¡David me ha tratado mejor que Aarón, y me da igual la edad que tenga, porque yo lo quiero!
-Pues quiérelo, Melissa, porque no vas a volverlo a ver más.
-¿Qué?
-¡Pensaba que te habían secuestrado, joder! ¿Sabes el miedo que he pasado, Melissa? ¡Eres todavía menor de edad, joder!
-No me chilles, no soy un puto perro.
-Cuida tu boca, Melissa.
-Mamá, me da igual lo que digas. Voy a seguir viendo a David.
Mi madre se queda a escasos centímetros de mi rostro mientras puedo ver como exhala fuertemente.
-Por encima de mi cadáver, Melissa. Si le vuelvo a ver contigo, se llevará una orden de alejamiento.
-Pero yo le quiero, mamá...
-¿Eres virgen?
Observo con detenimiento sus ojos verdes para después posar mi mirada en el suelo y musitar un simple "no", lo que causa que mi madre se lleve las manos a la cara con desesperación.
-¿Te ha obligado a hacerlo, Melissa?— pregunta con un tono preocupado. Está pasándolo mal. Pero, aún así, no es motivo alguno tratarme así — ¿Has hecho cosas que tú no querías?
Niego con la cabeza y una lágrima se desliza por mi mejilla.
-No he perdido la virginidad con él, mamá. Perdí la virginidad con Aarón.
-¿Qué? - pregunta asombrada, ensanchado sus ojos y alzando sus cejas -¿Hace cuánto?
-No se lo cuentes a papá, por favor...
-No lo haré, si lo hago irá a degollar a ese tal David y a Aarón. Respóndeme.
Me alejo de ella lentamente. No queriendo hablar del tema.
-No quiero hablar de este tema. Es incómodo.
Mi madre parece comprender la situación y toma mi mano para conducirme hacia mi cama.
-Melissa, solo necesito saber si siempre has usado protección.
-Sí, siempre.
-¿Estás segura? -asiento - En cualquier caso iremos al ginecólogo para revisar si todo está bien, ¿de acuerdo?
Resoplo y asiento.
“Dios, mátame ahora. No hay peor tema de conversación con mi madre que este.”
-Mamá, iré al ginecólogo pero no me hagas dejar de ver a David.
Niega con la cabeza y se incorpora para dirigirse hacia el umbral de la puerta de mi habitación.
-No, Melissa. Y con esto quiero que seas consecuente de lo que haces.
Muerdo mi labio fuertemente y las lágrimas rocían mi rostro. No puedo dejar lo que tengo con David ya que hemos empezado algo que durará. Lo sé.
Busco por debajo de mi colchón el mechero y la caja de cigarrillos. Cuando doy con ellos, los saco y cierro con pestillo la puerta de mi habitación.
Nada más cerrarla, abro la ventana y prendo fuego a un cigarro. Lágrimas vuelven a amenazar con salir, nublándome así la vista.
Tras acabar de fumar, lanzo el cigarro a la papelera para después marcar el teléfono de David y suspiro nerviosamente.
-Hola, cariño.
Mi labio inferior tiembla.
-David, mi madre se ha enterado de lo de este fin de semana... - sollozo-. No me deja verte, joder.
Escucho un suspiro desde la otra línea de teléfono.
-Tranquila, cielo. ¿Te parece si mañana nos vemos después del colegio u algo? Que un amigo tuyo te pase a buscar y nos vemos...
Sorbo mi nariz y limpio mis lágrimas.
-Miraré si puedo hacerlo. No quiero que lo nuestro acabe, David.
-No acabará, Melissa, tenlo por seguro.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
***
Salgo de mi casa y beso la mejilla de Álvaro para rápidamente pedirle su ayuda.
-Me tienes que ayudar, pero no le cuentes nada a nadie.
-¿El qué?- pregunta mientras caminamos con el ceño fruncido.
-Mi madre ha descubierto que el fin de semana estuve con David y me ha impedido verlo. Y he pensado que tú a lo mejor...
-Te ayudaré -me interrumpe mientras sus ojos azules se achinan.
-¿Sí?
Asiente con una sonrisa, rodea mis hombros y besa mi cabeza.
-Todo por mi Melissa.
-Te quiero muchísimo, Álvaro. Eres el mejor amigo del mundo.
-Lo sé, no hace falta que me lo digas.
Río.
-Creído.
A los pocos minutos llegamos a clase y voy rápidamente hacia donde se encuentran Sandra e Alexia.
-Tía, mi madre se ha enterado de lo de este fin de semana. ¿No cogiste la llamada o qué? Joder.
Sandra me observa sorprendida.
-He estado los tres malditos días esperando una llamada y no ha sonado el teléfono, o tal vez sí, pero estaría duchándome o paseando al perro.
-¿Y qué harás? - me pregunta Alexia.
Suspiro, tomo asiento en la silla de mi pupitre y coloco mi pelo a un lado.
-Álvaro me cubre.
-Tu madre se pensará que salís, Mel.
Me encojo de hombros.
-Solo necesito ver a mi novio. Como si ella nunca lo hubiese hecho...
Una mano cálida se posa sobre mi hombro, Sandra e Alexia miran sorprendidas a la persona que se encuentra detrás de mí. Me volteo, observo los ojos marrones del chico mientras él no aparta la mirada de mí.
-Melissa, tenemos que hablar.
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Susúrrame "te quiero". [Parte 1]
Roman d'amourLa amistad es un pilar fundamental en cualquier momento de la vida de alguien. Estableces entre ellos una relación de simpatía, cariño y confianza...¿Pero qué pasaría si te enamoras de un amigo de toda la vida? Esto es lo que le ha pasado a Melissa...