Capítulo 23.

2K 161 10
                                    

" Amo como ama el amor.
No conozco otra razón para amar que amarte.
¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?"  Fernando Pessoa.

***

-¿Y quién es la afortunada?

Hugo sonríe,  provocando así que un manojo de nervios me recorra por el interior.  Y no sé por qué, pero quiero ser yo la indicada.

-No lo sé —contesta —.Supongo que hay que tener paciencia hasta que llegue, ¿no?

     Alzo las cejas sorprendida y asiento mientras fuerzo una sonrisa. Hugo me vuelve a abrazar y noto como una cálida lágrima se desliza por mi mejilla.

Mi interior quiere que él me hubiese nombrado a mí a modo de respuesta, pero no ha pasado nada.

-Hombre, ¿ya os habéis arreglado?  - pregunta Darío mientras le da una palmada en la espalda a Hugo.

Hugo asiente y responde al saludo de su amigo.

-¿Qué tal, Melissa?

Asiento y sonrío.

-Muy bien.

-¿Vienes a la fiesta de hoy?

Frunzo el ceño.

-¿Hoy hay una fiesta?

Hugo asiente captando mi atención.

-No una fiesta exactamente.

-¿Pues?

-Mis padres se van hoy hasta el domingo a un hotel.

-¿Y yo estoy invitada? -pregunto, arqueando una ceja.

-Ya lo estabas.

     Una sonrisa sincera cubre mi rostro mientras no dejamos de mirarnos. Otra vez tan solo vuelvo a escuchar el latir de mi corazón.

[...]

-Hola, pequeño monstruo.

Ruedo los ojos y beso su mejilla.

-Traigo pizza.

-¿Y condones? —pregunta Darío —.Tenía pensado follarte.

-Asqueroso -le digo mientras le enseño mi dedo corazón.

-¿Es el dedo que te metes cada noche, Mel?

Asiento con la cabeza y poso mi mirada en Hugo, el cual mira atento y gracioso la escena.

-Es el que me mete David diariamente. Es largo y el más cómodo, obviamente si tienes práctica sacándolo y metiéndolo — comento con una sonrisa burlona —. Pero cuando me lo hago yo... ¡Buf!

Hugo resopla y toma la pizza de mis manos.

-Estas cosas en privado, pequeño monstruo.

-¡Pero si ha empezado él!

     Darío ríe,  rodea mi cintura y besa mi mejilla con gracia.

-Sé que sientes algo por Hugo -me susurra en el oído.

Frunzo el ceño.

-¿Qué?

     Sus ojos marrones me miran atentamente mientras mi cerebro procesa lo que él me acaba de decir.

“¿Será verdad?”

-Mel, tan solo hay que verte.

Sonrío incómoda.

Susúrrame "te quiero". [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora