Capítulo 29.

2.1K 162 8
                                    

"Contigo dan ganas de vivirlo todo." Avenida 749.

***

El sol entra por la ventana de la habitación y me incorporo con algo de molestia. Compruebo la hora en mi teléfono y suelto un largo suspiro a causa de lo pronto que es.

-¿Ya estás despierta?

Mis ojos se dirigen hacia donde proviene la voz, mostrándome así a Sandra. Su pelo está despeinado y sus ojos manchados de negro a causa del maquillaje corrido.

Asiento.

-¿Y tú por qué no duermes?

Se encoge de hombros y me pongo en posición fetal.

-Ayer le pedí a Hugo que me susurrase "te quiero".

Mi amiga abre los ojos, se acerca hasta sentarse a mi lado y me observa, incitándome así a que continúe.

-Me ignoró - prosigo con un nudo en la garganta -. Y mi cerebro crea miles de excusas para sentirme mejor, pero sé que él lo escuchó y me ignoró.

-Mel...

-¿Por qué todo es tan difícil? Joder, no me tendría que haber enamorado de un amigo - me desahogo en voz baja -. Soy estúpida.

-No, no lo eres. Uno no controla lo que siente.

La miro y noto como se me empieza a nublar la vista.

-¿Por qué me duele, Sandra? - mumuro con mi voz quebrada. No veo ya a mi amiga debido a que mis ojos están aguados -. Yo no puedo estar pasando por esto. Es Hugo de quién hablo, joder. Es un amigo. No puedo confundir sentimientos.

Los brazos de Sandra me rodean, así reconfortándome algo más mientras mis lágrimas se deslizan.

-Ya es muy tarde, Mel - sollozo -. No llores.

-He hecho el ridículo. Hugo no me quiere.

-Oh, Mel, tranquilízate.

Me separo de Sandra y limpio mis ojos para después sonreír y aliviarla un poco a causa de su preocupación.

-¿Sabes qué? No merece la pena, Sandra. Mis lágrimas solo se las merecen unos pocos.

Sonríe.

-Así se habla, Mel.

[...]

Bajo junto Alexia por las escaleras de la casa mientras charlamos animadamente. Salimos hacia el jardín y vemos a Álvaro junto Hugo mantener una conversación.

-Mel, escucha -me llama mi mejor amigo.

Alexia y yo nos paramos, volteamos a ver a los dos pero mi mirada tan solo se posa en el pelirrojo, ignorando completamente a Hugo.

-¿Qué?

-El otro día vi a David.

La mención de su nombre provoca un sentimiento en mi interior, causando así que mis cejas se alcen ante la sorpresa y mi corazón empiece a palpitar con fuerza.

-Me confesó que te echa de menos - prosigue.

-Muchas gracias por decirlo, Álvaro. Así no ayudas a Mel a superarlo.

Sonrío.

-Lo tengo superado. Gracias, Álvaro.

Mis ojos, por unos segundos, se posan en Hugo y siento una pequeña grieta abrirse. Él me observa mientras sostiene en su mano una lata de Nestea.

-No hay de qué, Mel.

Poso de nuevo mi mirada en Álvaro y le sonrío para después Alexia y yo marcharnos a nadar al lago.

Susúrrame "te quiero". [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora