Novena parte.

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Me levanté muy temprano debido al dolor de cabeza que me estaba gastando, ¡deoh meoh de mi vidah ayudamel!, bajé a la cocina por un vaso de agua el cual mi garganta pedía a gritos y me encontré con Ruby la cual cocinaba muy entretenida mirando concentrada una ramita que flotaba en la olla. La saludé, devolvió mi saludo sin despegar la mirada de la bendita olla y entendí que no tendría mucha vida social en ese lugar así que subí a mi dormitorio, me puse un traje de baño si podía llamarlo de esa manera. En mi país los traje de baño llegan un poco más arriba de la rodilla acá era, era como andar en bóxer, pero bueno, caminé a la piscina y bajé por la escalera al agua, a pesar de llevar 8 años en este lugar aún no sabía nadar, creó de cierta forma que el agua no es lo mío, tomé un flotador de estos largos como tubos y me quede vegetando en el agua, ¿habrán pasado como 40 minutos cuando logré despabilar? Mis dedos eran dedos de abuelito, arrugados a más no poder, ¿llegaré hasta anciano en este lugar?, el miedo que me dio la respuesta que mi mente daba me hizo sentir como un niño, salí de la piscina y tomé una toalla, estaba de lo mejor secando mi cabello cuando frente a mi apareció un potrillo negro, era realmente hermoso. Su color brillante y sus ojos penetrantes chocaban con los míos, comencé a seguirlo hasta la entrada de un pequeño bosque, veía el final a un lado así que podría salir por él en cualquier caso, seguí al caballo a través de los árboles los cuales tenían sus ramas muy bajas ¿cómo entraba en este lugar el animal?, levanté la vista para ver al caballo y no lo encontré, busqué con la mirada a lo lejos y no se veía en ningún lado, ¿dónde se metió?. Avance unos pasos más buscando rastros del caballo cuando a lo lejos veo una pequeña cascada, me acerqué a mirar y era un río que justo en este lugar armaba un tipo de laguna y era hermoso, nunca en mi vida había visto algo tan lindo, claro 8 años encerrado no han ayudado mucho y la pobreza con la que vivía en Chile creó que tampoco.

Me acerqué al agua y vi que no era muy profundo, aún así no se nadar y no me quiero arriesgar, ¿dónde quedó el caballo? Comencé a devolverme cuando me lo tope de frente volví a deslumbrarme con su color negro y sus grandes ojos cuando por mi espalda escuché un resoplido.

No quiero hacerles daño - dije al viento y recordé como hace diez años corrí de un oso en un bosque y perdí a mi único amigo en este lugar ¿habrá sobrevivido el Naikho?, sentí como el animal se acercaba a mi, como sus patas rompían las hojas que se encontraban en el piso y mi corazón comenzó a palpitar cada vez más rápido, quería correr pero mis piernas no respondían. El miedo nuevamente me había jugado una mala pasada y mi cuerpo me estaba traicionando.

No es bueno que te metas en un bosque solo Jaime - dijo Nicolás bajando del caballo mientras yo con sus primeras palabras daba un salto que me dejó en la copa de un árbol - ¿qué se supone que haces acá? ¿Querías escapar?.

¡No! - grité - sólo estaba siguiendo al potrillo negro lo juró - me cargaba esta situación, el miedo que sentía y lo sumiso que podía llegar a ser pero, su mirada fija en mi rostro me hacia temer por mi futuro, por todo lo que podría hacerme.

¿Almahr fi alghabat? - me miraba sorprendido y de un momento a otro estalló en risa - perdón, veo que aún no aprendes bien árabe, tu cara te delató - su risa era contagiosa lo que me hizo sonreír - es raro ver un caballo en el bosque por iniciativa propia.

Pues sí, pensé lo mismo, ¿conocías la laguna que se arma con la cascada? - pregunté algo más en confianza

¿El río? Claro, es un hermoso lugar - se dio vuelta a mirar hacia donde se suponía se encontraba.

¿Podríamos ir otro día? Me gustaría meterme pero como no se nadar necesitó un flotador - dije mirando al piso avergonzado.

¿Qué no sabes nadar? Yo te enseñaré cuando tengamos un tiempo libre, ahora sube al caballo que volvemos a la casa - soltó mientras me tendía la mano.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora