Veintidosava parte.

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¡Calor de mierda! - grité en el salón de la casa - voy a morir derretido

Don Jaime, nada mejor para el calor que un buen jugó natural bien helado - dijo Jere mientras me pasaba un vaso con un jugó de sandía casi congelado

¡Deoohs que rico! Gracias jere, eres di- vi- no - y bebí la mitad del vaso en un instante mientras él reía

Quería agradecerle por salvarme nuevamente Don Jaime - Jere sonreía

De nada Jere, no fue tu culpa - lo miré con una sonrisa enorme

Tengo que hacer unas visitas al bosque, ¿no quiere acompañarme? El bosque siempre es más fresco que la casa y Don Nicolás llegará tarde - dijo

¡Sí! Yo quiero salir de aquí - dejé dejé el vaso en la mesa de centro del salón y salí con Jere al bosque, pasamos por el río y llegamos a un sector donde había una casa, se confundía muy fácil con los árboles - ¿qué es esto Jere?

Una despensa Don Jaime - dijo mientras bajaba del mini auto (era enano)

¿Puedes dejar de llamarme Don Jaime? Me siento tan viejo - detestaba mi nombre desde chico y ahora escucharlo a cada rato se volvía estresante

¿Y como quiere que le diga? - me miró confundido

No se - reí - de cualquier forma

Le diré... - pensaba

Elmo, dime Elmo - le sonreí

Perfecto Elmo - reía - ¿Por qué Elmo?

La razón es que Elmo me da miedo y últimamente me doy bastante miedo - sí, era imbécil lo sé.

Paseamos por la despensa, sacando comida y artículos de limpieza, era como estar en un supermercado, me robe unos paquetes de dulces, chocolates y gomitas, las comía mientras volvíamos a casa. Cuando llegamos para mi sorpresa estaba Nicolás esperando en el jardín, mi estómago se apretó y comencé a sudar

El señor no debería estar en casa tan temprano - susurró Jere

hoy vendría el tipo para enseñarme a nadar, mierda, lo olvidé por completo - cerré los ojos esperando que al abrirlos Nicolás no estuviera, llegamos a la casa y a mi nakshe se le notaba bastante enfadado, nos miraba sentado en la escalera de salida.

¿De dónde vienen? - preguntó bastante serio

De la despensa señor - dijo Jere bastante inseguro, creo tenía miedo que Nicolás no le creyera

Quería algo dulce y Jere me dijo que iría a la despensa, me preguntó si quería algo pero no sabía que quería así que lo acompañé ¿quieres una? - pregunté ofreciendo una gomita

Claro - suspiró tomando una y mientras Jere entraba la comida a la casa, yo me senté a su lado

¿Paso algo? - lo miré

Edgar y Oscar se vendrá a quedar unos días con sus Nakshe, no quiero tener problemas así que tenemos que poner unas cuantas reglas Jaime - se notaba preocupado, enfadado y eso me daba miedo

Claro, las seguiré todas al pie de la letra - le aseguré

Número uno, no puedes llamarme Nicolás mientras ellos o su nakshe estén cerca, con la traición de la otra vez deberías estar muerto - me miró

Los siento, ¿te parece bien señor o prefieres amo? - pregunté

Señor está bien, número dos, no quiero que te enfrentes a su Nakshe, intenta no hablar mucho con ellos y no me traiciones nuevamente, ¿sabes qué?, mejor tendrás como guardaespaldas a Jere, veo que te cae bien así que estarás todo el día pegado a él y número tres por favor Jaime, no la cagues - suspiró

Prometo no hacerlo - le di un pequeño beso en la mejilla cosa que lo sorprendió

Acompáñame, creo que necesitó un masajes de esos que das tu - tomó mi mano y caminamos al dormitorio - compré unos aceites para que no uses el del baño - me entregó los aceites y se sacó la polera, me senté a su lado para hacer uso de lo único que recordaba bien de mi madre.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora