Veintiunava parte.

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La noche estaba calurosa, tenía todas las ventanas abiertas y aún así no podía dormir, tenía el cuerpo mojado y la cama ya no podía estar más desordenada, me levanté y senté en la ventana, el viento no se hacía presente pero la vista con el bosque a la luz de la luna realmente era hermosa.

Esperó no te quieras tirar, no creó que mueras de esta altura - dijo Nicolás desde la puerta.

Que va, tengo mucho calor, sólo quería ver si me refrescaba con el viento pero no funcionó - respondí sin mirarlo.

Y entonces ¿qué haces en la ventana aún? - sentía sus pasos al acercarse.

La vista es hermosa - miraba el cielo - ¿Dónde esta la ciudad acá Nicolás?.

Hacia el otro lado, pero queda bastante lejos, no me gusta mucho el ruido y la fiesta constante - se sentó en el otro extremo de la ventana - por esta razón elegí este como mi dormitorio, me encanta como se ve todo.

Sí, es hermoso - lo miré justo cuando su vista estaba dirigida a la luna.

¿Vamos a la piscina? - se levantó y me tendió la mano.

Bueno, voy a cambiarme de ropa - dije sujetando su mano.

No, vamos así - y comenzó a caminar, bañarme con pijama no me parecía buena idea.

Necesitó el gusano - dije al llegar a la piscina.

¿Gusano? - se río - no, yo te ayudaré.

Bueno - comenzó a desnudarse mientras me daba la espalda y mi corazón no podía con esto, claro yo el idiota pensaba que nos bañaríamos con pijama, ¡por deos que iluso era! - ¿Vamos? - se giró, viéndome aún con el pijama y con cara de estúpido ¡estaba desnudo! No quería moverme ni mirar nada más que su cara, no quería que me viera mirándole el miembro - ven Jaime - me acerqué con timidez, pensando que el aire me había abandonado, comenzó a sacar mi polera y depositó un beso en mi mejilla derecha, se arrodilló ante mi y comenzó a sacar mis pantalones junto con la ropa interior, justo en ese momento mi corazón se detuvo, ya no me faltaba sólo el aire ahora mi corazón no latía y comenzaba a marearme, puso un beso justo en el límite donde terminaba mi estómago y comenzaba mi pene, se levantó y beso mis labios, me acercó a él en un abrazo que junto ambos penes y cerré los ojos, su beso era apasionado y yo sólo sentía como su gran miembro rozaba con el mío, estaba a punto de tener un triple ataque cardíaco cuando se separó, tomó mi mano y se metió a la piscina - anda, está buena - dijo con el primer contacto entre el agua y su piel - ¿No entrarás? - comencé a meterme en la piscina en modo zombie, no era capaz de reaccionar ni de decir algo, estaba bloqueado, tan bloqueado que me solté de la escalera sin recordar que no sabía nadar y el agua me tapaba - comencé a hundirme cuando Nicolás me afirmó y me puso en la orilla donde podía afirmarme - tendremos que hacer algo con eso, tienes que aprender a nadar, mañana te contrataré un hombre el cual podrá enseñarte.

¿Por qué no me enseñas tú? - yo y mis hermosas preguntas.

Tengo muy poco tiempo y esto requiere tiempo - sonrió - no niego que me encantaría enseñarte, ¿qué tal  Alexander? Oscar dijo que estaba un poco loco.

Es muy agradable y sí, está bastante loco - reí.

Que bien, ¿habló mal de Oscar? - me miraba con una sonrisa pero, no Nicolás, no caeré en tu juego de sacar información para tu amigo.

No, dijo que estaba enamorado de él - Sonreí, pensando que también dijo que era un asesino en la cama y un jodido bipolar.

Que bien, espero no me estés mintiendo Jaime - se acercó a mi.

No tengo razón para hacerlo Nicolás - bueno sí, la más importante es que tu y tus amigos están malditamente locos.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora