Treintaidosava parte.

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Desde hace un mes que no hablaba con Alex, Nicolás me levantó temprano hoy para que lo acompañara a la ciudad, así que me encontraba en el auto esperándolo, el viaje fue rápido y los lugares del camino eran hermosos, estaba impresionado con los edificios y la gente, muchas mujeres tapadas de pies a cabeza y hombres con barbas largas y túnicas blancas, otros estaban vestidos de forma más normal, antes de bajar del auto Nicolás se puso su túnica a lo que lo mire extrañado y él como respuesta sólo sonrió. Caminamos a unos edificios donde me pidió que lo esperará abajo unos 10 minutos, así que me dispuse a dar vueltas por la cuadra.

Habían pasado ya los 10 minutos, en realidad yo creó que llevaba casi 30 minutos de pie fuera del edificio cuando veo que un hombre trae a una niña tirando de su pelo, todo el mundo miraba como la golpeaba en el camino y algunos hasta sonreían, la pequeña de no más de 13 años lloraba y con pequeños golpes intentaba que el tipo la soltara, siendo estos en vano, sólo faltaba que la gente le aplaudiera por tal hazaña al tipejo.

Cuando logré ver la cara de la pequeña, su rostro me recordó a mi hermana, haciendo esto que mi Colon explotara por tal abusador, me paré frente a él manteniéndole la mirada, de un momento a otro sin saber como le di un golpe en los testículos que lo obligó a caer al suelo y soltar a la pequeña, en ese momento me di cuenta de la tremenda caga que me mandé y sentí una pequeña mano tirando mi muñeca, me dispuse a correr sin atinar a nada más, escuchando como el árabe gritaba detrás de nosotros, habré corrido unos 20 minutos cuando la pequeña me metió en una cueva que se encontraba en la playa.

Gracias - susurró - mi nombre es Catalina - su acento era completamente chileno y era realmente hermoso escucharlo después de tantos años

Jaime - dije y sus ojos se abrieron, se notaba impresionada.

¿Jaime Navarro? - preguntó y la miré algo confundido

Sí - saltó encima de mi, su felicidad no la entendía

Eres mi hermano - dijo cuando se alejó - soy Catalina Navarro - ahora el sorprendido era yo - te viniste cuando yo tenía 5.

Deos - las palabras no salían de mi boca, la miraba y todo era tan obvio, era igual a mi madre - ¿Qué haces acá?

No lo sé - respondió a lo que sus lágrimas aparecieron al instante - no recuerdo mucho, sólo que estaba en la casa de ese tipo feo y salí corriendo. No alcanzamos a hablar más, cuatro hombres entraron a la cueva, dos afirmaron a la cata y los otros a mi, nos sacaron a tirones. Intenté zafarme pero fue en vano, nos pusieron delante del tipo el cual nuevamente hablaba en árabe pero ahora a su lado se encontraba Nicolás, no era capaz de mirarme a la cara, el hombre sacó un arma de su bolsillo.

¡Señor no!, ¡por favor señor se lo suplico, es mi hermana, es mi hermana pequeña!- al decir pequeña el hombre disparo, intenté zafarme de nuevo, lloraba, gritaba y pataleaba para poder ver si seguía viva, sentir si respiraba, me quede quieto cuando sentí el arma en mi nuca, una corriente fría recorrió mi cuerpo, levanté la vista para ver al maldito árabe no quitar su vista de mi - dispara maricón - susurré mirándolo a los ojos.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora