El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]

Veinteava parte.

Nicolás, ¿puedes soltar la cadena un momento para sacar mi polera? Por favor - Nicolás estaba sentado frente a un notebook en su escritorio

Ven, ¿te vas a dar un baño? - dijo mientras caminaba hacia él

Sí, desde hace unos días que no puedo cambiarme la ropa y estoy algo incómodo - le mostré mis muñecas que tenían ya un color rojo debido al constante roce.

Ya se está poniendo feo ¿te vas a portar bien Jaime? - dijo mientras dejaba la cadena en el escritorio y comenzaba a sacar mi polera, creó que esto no estaba en mis planes

Claro, intento no hacer algo que te disguste - mi voz ya tomaba un tono asustado

Entonces ve - se había levantado y lo tenía frente a mi - dejaremos las cadenas guardadas hasta que sean necesarias

¿De verdad? - mis ojos se abrieron como platos - gracias - me giré para ir a la ducha cuando sentí que tomaba mi muñeca

Creó que si me besarás de vez en cuando sería mucho mejor - dijo soltando mi muñeca a lo que me armé de valor, me giré y besé sus labios, fue corto y rápido como los de siempre - bien, dale ve a la ducha.

Al salir mi corazón latía a mil por minuto, estaba perdido en mis pensamientos y choque con Jere, que al ser mayor que yo en tamaño me botó.

Don Jaime, como lo siento - su voz se notaba preocupada, pensaba decir que lo sentía pero Nicolás me ganó

¿Qué has hecho Jere? - se notaba enfadado

Lo siento señor, le juró que no lo vi salir - ahora su voz se notaba asustada

No lo viste salir y lo has botado - dijo Nicolás ya frente a la puerta y el miedo se apoderó de mi que ya me había levantado, su voz tenía un notorio enojo y lo que menos quería era que Jere sufriera la consecuencia de mis actos, en un abrir y cerrar de ojos Nicolás tenía a Jere tomado por el cuello.

¡Nicolás! - recordé las palabras de Alex, ser lindo los vuelve buenos y tiernos o algo así y lo abracé por la espalda - Nicolás perdónanos, fue culpa mía, quede anonadado con tu beso y estaba pensando en él cuando tope con Jere, no le hagas daño - sentí cuando su mano soltó a Jere.

Retírate Jere - su voz era fría y demandante, sacó mi manos de su estómago destruyendo el abrazo que le estaba dando - te prohíbo terminantemente que vuelvas a defender a un empleado, es la segunda vez que lo haces Jaime.

No lo defiendo - susurré - fue culpa mía no verlo, él no hizo nada - su mirada era fría

¿Cuál es la razón de que seas tan complicado Jaime? Es un maldito empleado, como puedes poner tu vida bajo la de él - se notaba confuso

Su vida tiene el mismo valor que la mía Nicolás, cuando alguien merece un castigo no dudaré en aceptarlo pero, ¿podrías dormir tranquilo sabiendo que su castigo fue por tu culpa? Yo no - bajé mi vista para ver sus zapatos perfectamente limpios

¿Quieres a Jere? - preguntó tajante

¿Quererlo? No Nicolás - ya sabía donde quería llegar, él quería saber si sentía atracción hacia Jere - yo sólo quiero sentirme en paz conmigo mismo - deposité un pequeño beso en sus labios que lo dejaría un poco más tranquilo y para mi sorpresa me afirmó de la cintura.

Eres especial Jaime, pero me traerá muchos problemas ¿defenderás a cada persona que creas está recibiendo un castigo sin ser culpable? - sus manos sujetaban con fuerza mi cintura.

No, sólo defenderé a quien yo tenga asegurado esta recibiendo un castigo sin razón, demuéstrame que no debo temer de ti Nicolás, demuestra que no me harás daño sin razón - mis brazos pasaron por su cuello

Nunca te haría daño sin que lo merecieras Jaime - sus labios se juntaron con los míos en un beso que él convirtió de tierno a salvaje en unos segundos y cuando habló se notaba calmado y inseguro - ve a darte una ducha que yo tengo que terminar de trabajar, dile a Jere si lo vez que tiene un buen ángel guardián que se cree guardaespaldas - sonrió.

Caminé hasta el baño y me di cuenta que era la primera vez que lo veía sonreír de forma sincera.