Treintaiseisava parte

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Cuando la ambición, avaricia y codicia se juntan, se transforma en una bomba que con el tiempo explota dejando varios muertos.

Hola Jaime - dijo Naiko entrando por la puerta de mi cuarto - no te ves bien.

No, tuve un pequeño accidente - su sonrisa era amplia.

¿Sí? Cuéntame a lo mejor te puedo ayudar - se sentó en la cama.

No, ya nada se puede hacer - miraba mi pierna, donde la venda debía ser cambiada.

Anda, no seas mala persona - insistía.

Bien, un árabe golpeaba a una niña y yo me entrometí para que la dejara, arrancamos pero nos encontraron, mataron a la pequeña y a mí me disparó - ¿Más resumido se podía?.

Que pena pero, tu no deberías haber hecho eso - intentaba borrar su sonrisa pero le era en vano.

Yo no puedo con las injusticias a parte no me arrepiento de nada- dije.

¿No te arrepientes por qué no te duele o por qué era tu hermana? - su mirada era fija en mi.

¿Cómo?, ¿quién te dijo eso? - sentía como la rabia atacaba mi Colon.

¿No me lo dijiste? - por primera vez ese día borró su sonrisa.

¿Cómo sabías qué era mi hermana Naiko? ¡Habla! - le grité mientras me sentaba en la cama ya con el Colon destruido y él no producía ni una palabra - eres un desgraciado - fue lo que dije para tirarme sobre él, cayendo ambos de la cama - ¿Tú eres el culpable de su muerte? - su sonrisa que hace 2 minutos había desaparecido volvía.

¿Te gusto la sorpresa? - dijo, mi vista se nubló y la ira se adueñó de toda parte de cordura que quedaba, comencé a golpear su rostro y él, dándose cuenta quizás que no me detendría intentaba con sus manos tirarme a un lado.

¡Elmo! - gritó Jere agarrándome de los brazos y alejándome de Naiko - tranquilo señor, su pierna - dijo mientras naiko corría de mi cuarto con la cara con sangre - dios, esto no está bien, esto no está bien - repetía Jere.

Andate Jere - susurré ya empezando a llorar - antes de que llegué Nicolás retírate. 

¿Usted está loco? - me miró confundido - lo van a matar Elmo - corrió a la puerta y la cerro con llave - correremos al bosque - dijo intentando planear algo en los pocos minutos que nos daba la vida.

Edgar nos pillara hasta en la luna Jere - su rostro demostraba una preocupación impresionante, él sabía lo que venía y yo también lo tenía bastante claro - dame una pastilla para el dolor por favor.

Si Elmito - tomó un vaso de agua que estaba a mi lado de la cama y una pastilla la cual me tomé inmediatamente - bien - comenzaron los golpes en la puerta - bien, estará todo bien - intentaba calmarse sólo.

Abre Jere y vete inmediatamente - volví mi vista a la puerta que no dejaba de sonar.

No señor, no lo dejaré sólo - Jere se dirigió a la puerta.

No abras - gritó Nicolás del otro lado a lo que Jere se quedó quieto - es mi Nakshe Edgar, Retírate de mi casa yo arreglaré las cosas con él, lo lamento mucho - Edgar habló tan bajo que no logré entender que decía - abre la puerta - dijo Nicolás unos minutos después a lo que Jere esperando una señal mía la abrió - ¿Qué haces tú aquí? - Dijo al verlo.

Yo estoy con don Jaime, era la hora de su medicina - Jere dio unos pasos atrás, Nicolás estaba enfurecido.

¡¿Y a ti qué mierda te paso ahora?! - gritó dirigiéndose a mi - ¿Cómo se te ocurre hacer eso? - Jere en el segundo exacto en que faltaba un paso para llegar a mi se puso entre los dos - ¡retírate!.

¡No! Nicolás tu tócalo y yo te mato - su mirada cambio a una de confusión - recuerdas la niña que mataste.

¡Yo no la mate! - gritó interrumpiendo.

Naiko sabía de su existencia - le dije calmado, no necesitaba que se alterará más.

¡Retírate! - volvió a gritarle a Jere.

Él no se irá Nicolás deja de gritar, ¿por qué Naiko sabía de la existencia de mi hermana? ¡Contesta! - grité.

Sabes que ¿estás seguro que quieres saber la verdad? Pues te la cuento - me miraba serio - nosotros somos los dueños de la venta infantil más grande del mundo.

Dios mío - susurró Jere tapando su boca, lo mismo que habría dicho yo si me hubieran salido las palabras.

El precio de mi libertad. [Historia Gay] (GOTH) [Corrigiendo La Ortografía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora