CAPITULO 7: EL PADRE

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Eli no podía creer lo que estaba viendo, era el presidente en persona. Se preguntaba que relación tendrían el presidente con su padre.
- Hola Eli- dijo el amablemente.
- ¿Qué quiere?- preguntó bruscamente.
- ¿Crees que esas son maneras de saludar a tu padre? Elisabeth. Eli se quedó muy impactada después de esas palabras. Su madre siempre le había dicho que su padre era un borracho desconocido.
- Qué, ¿se te ha comido la lengua el gato?- dijo el con una sonrisa malevola.
- Tu no eres mi padre.
- ¿Estas segura?
- Segurisima, y vuelvo a preguntarte, ¿que quieres?- dijo ella sin expresar ninguna emoción.
- Quiero que le transmetas un mensaje a alguien.- dijo el seriosamente.
- ¿A quien?
- A tu madre- dijo el sonriendo- quiero que le digas que no me amenaze nunca más o mataré y le quitaré a todos sus seres queridos.
- Y porque se lo tengo que decir
- Porque si no, la mataré a ella.
- Eres un monstruo - dijo ella indignada.
- Lo se, y me gusta.
Ella decidió irse corriendo, llego a casa y cuando entro su madre estaba sentada en el sofá. Se suponía que tendría que haber estado ahí todo el tiempo.
- ¿Donde estabas?- preguntó su madre.
- He salido un momento a devolverle la agenda a Jana- mintió ella. Su madre le echo un mirada asesina y Eli confesó.
- Cuando he llegado casa he encontrado una carta en el suelo, y ponía que que me esperaban en una cafetería a una hora, decía que tenia información sobre mi padre, así que...- le cortó su madre- así que fuiste.
- Sí fui - dijo ella triste.
- ¿Y quien había en la cafetería?- preguntó la madre.
- Mi padre, el presidente.- dijo secamente.
- Perdón, no quería que te enteraras así.
- Me ha dicho, que te dijera, que si le volvías a amenazar el matará o te quitará todos tus seres queridos- Por parte de su madre no hubo respuesta.
- Hay algo que no entiendo, ¿con que le amenazabas?
- Con decir sus trapos sucios, lo que hizo estuvo muy mal, abandonar a un bebé. ...
- ¿Y el que hacía para que no dijeras nada?
- Me daba dinero, mucho dinero. ¿ Crees que me podrás perdonar?
- Pues claro - se dieron un abrazo.

Pasado un rato tocaron al timbre, Eli fue abrir y había un chico musculoso, rubio, ojos azules, el chico perfecto para muchas chicas. Lo miro de arriba a bajo y ella preguntó:
- ¿Quien eres?
- Soy Erik, soy nuevo.

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