Vendido.

Capítulo 22. Clase Riesgo.

Parecía un sueño...

Tan irreal...

Pero, no era un sueño, ¿verdad?

-Yuichiro, resiste. 

Y aquello le clavó el alma a la pared. 

¿Resistir... qué? 

Si se sentía tan cálido...

Justo como al principio... 

Donde todo era tranquilo, donde era un niño que amaba correr con sus amigos. O un simple chico de secundaria que vivía fastidiando a sus amigos.

¿Por qué todo se veía tan borroso?

¿De verdad era un sueño?

¿Por qué?...

¿Por qué tenía que resistir en esa brecha cálida? 

Si mientras más se dejaba caer, más cálido era.

-¡Yuichiro! 

¿Por qué?

-Yuichiro, resiste por tus hijos, joder! 

Si él era un hombre, ¿por qué sentía dos corazones latir en la parte fría de la brecha?

¿Por qué parecía que le llamaban con desesperación?

-Shinya, no lo lograrás así de alterado. 

-¡Cállate! ¡Los tres deben sobrevivir!

Si se dejara caer en la calidez, ¿Mikaela se molestaría?

¿A alguien le dolería?

-¡Yuichiro! 

Sí... le dolería a mucha gente.

-¡Basta! No dejaré que le atiendas como estás. 

-Makoto, no quiero hacerlo...

-Tenemos que decidir, la vida de él o los bebés, y si eligiéramos la vida de los bebés, no resistirían con tan poco tiempo de gestación. 

¿La vida de sus bebés?

Luego recordó su vida, y cada vez se sentía más y más cálido...

¿Cuántas veces no quiso un Padre o una Madre?

-¡Código Rojo! ¡Shinya, hasta aquí, practiquen el aborto!

Sería egoísta...

Muy egoísta no dejarlos nacer, ¿no?

Dejar a Mikaela también sería egoísta...

Sería egoísta...

-¡Makoto, te dije que no lo hagas! 

Cierto...

Aquel frío de la brecha lo recordaba...

-¡Makoto, espera! 

Era el mismo que sentía por las noches...

¿Papi? ¿Nos escuchas? Te necesitamos... Quieren sacarnos de tu pancita, duele, allá afuera hará mucho frío... 

Sería tan egoísta realmente...

Y luego se dio cuenta que aquellos fríos había un calor que lo envolvía.

Papi, sálvanos, hace frío... 

Que detrás de aquel gran frío, existe una gran calidez, una mejor que la de la brecha.