Cuando pudo empezar a pensar con claridad, Yuu se sentía preso, pero, de verdad lo estaba.
Estaba en una cama, eso sí lo pudo afirmar. Sus ojos estaban vendados con una tela de seda negra, y su fuerza estaba en otro lugar que no era con él, siquiera para hablar, siquiera para sentir si quería ir al baño o tomar agua.
Sintió una punzada al ver lo frío que estaba, estaba desnudo, como Dios lo trajo al mundo.
Con los ojos vendados...
Y con cadenas que apresaban sus manos en su espalda.
"¿Por qué?" Pensó, derramando lágrimas que se filtraban fácilmente por la cinta.
-¿Hola? ¿Quién está ahí? -Hizo su esfuerzo, pero su voz era demasiado baja y ronca. Nadie lo escucharía así.
Pasó un largo rato postrado en esa cama, que agradecía a quien fuese que sea que lo haya secuestrado que la cama fuese suave. Trató de forzar las cadenas, pero ninguno de sus músculos respondían, no le obedecían.
Sus sentidos no volvían en sí con rapidez, apenas pudo empezar a moverse con lentitud, y Yuu ya estaba lo suficientemente desesperado por dentro como para pegar gritos que nadie escucharía. Su voz seguía ronca y baja, así que sería vano pegar un grito.
Justo abrieron la puerta.
Su respiración era lo único agitado junto a su mente, a pesar de que alguien había entrado, no escuchaba voces. No podía ver, no podía moverse, no podía hacer nada.
-Joder, ¿quién eres? -Bramó.
Pero sintió sólo parecer un cachorro sin su mamá.
-No tienes demasiado a tu favor como para ser un rebelde, Yuu. -Le dijo una voz masculina.
-¡¡Suéltame!! ¡¿Dónde mierdas estoy?! ¡¿Qué quieren de mí?! -Apenas se oía lo que decía.
-17cm, nada mal. -Apretó los dientes, recordando que estaba desnudo.
-¡¿Qué clase de homosexual eres?!
-¿Dijiste algo? -El hombre le tomó el brazo.
-¡No me toque, joder! ¡¿Qué quiere de mí?!
-Qué lindo eres, seguro vales al menos unos 500.000$. -Comentó, quizás en una sonrisa que Yuu no podía ver. Y si la vería, le tiraría un golpe.
Claro, si tuviera fuerza.
-¡¿De qué mierda habla?!
-Piensa, niño, ¿no te acabo de decir que vales mucho dinero? Voy a venderte. Bienvenido a la subasta, mi pequeña mercancía.
Yuu no lo pensó, sólo obligó a su cuerpo mismo a despertar.
-Jódete, hijo de puta. -Escupió.
-Uhm, eres bastante rebelde, lástima que tu saliva no tocó mi cara como querías.
-¡Váyase al infierno!
-Un hombre con esa voz no debería tener derecho a nada. Y por cierto, por ahora eres mi mercancía, y la mercancía debe respetar a su dueño.
El rostro vendado de Yuu acabó rojo por el puñetazo que se desplomó en su cara, no se lo veía a venir, pero pues claro, no podía ver nada. Perdió el aire cuando recibió otro en el estómago, por instinto se dobló de dolor.
-¡Sé hombre! ¡Suéltame que voy a matarte! -Dijo entre una lucha por soltarse.
Pero el hombre dio una risa macabra.
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Vendido.
De TodoYuichiro Hyakuya es un chico totalmente normal, con una vida donde su única preocupación es que está cercano a sus 18 y debe independizarse... Y que se siente extrañamente atraído por un chico de su mismo sexo, hasta que se encuentra envuelto en una...