No todo es de color rosa

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Apenas salí de la habitación de Loriel busque apoyo en su puerta, la cabeza me daba vueltas y mi pulso no paraba de latir, nunca en todos mis años de vida había tenido una reacción en tan grande magnitud al estar a punto de acostarme con una mujer, era como si esta vez fuera la primera de toda mi existencia en qué tocaba a una, más aún, lo disfrutaba...quizás si era así.

Con todas las mujeres solo había sido sexo y diversión pero con ella todo parecía ser diferente, incluso el sexo, lo sabia en el segundo que había probado de ella, que había sentido por primera vez sus labios en los míos sin mencionar el sabor que desprendía su sexo, sin duda seria mi maldita droga, una que no la dejaría dormir por las noches.

Lleve su ropa interior a mi nariz, aun mantenía su olor y la excitación que le provocaba al solo besarla, no me imagino el maravilloso orgasmo que sentiríamos cuando por fin la haga mía en todos los sentidos,solo pensar que faltaban minutos, tan solo unos minutos mas y... luche conmigo mismo para evitar ingresar nuevamente a su habitación y por fin saber lo que se sentía estar dentro de ella viniéndome una y otra vez.

Sin duda seria el jodido paraíso

—Thranduil.—guarde la prenda interior en uno de mis bolsillos al ver a mi padre aparecer por las escaleras. Si no era el impertinente de Mitriell era mi padre quien rompía con esos momentos con Loriel.

—¿ Qué es lo que quieres? .—dije enderesándome al tenerlo frente a mi, Oropher desvió la mirada hacia la puerta detrás mío.—¿Y bien?.—insistí al ver su mirada filuda en la habitación de Loriel.

—¿Que demonios hacías en esa habitación?.—me vio de pies a cabeza, examinándome que algo estuviera fuera de lugar.

—Eso a ti no te interesa, tengo todo el derecho de estar con mi prometida mas aun cuando me necesita en momentos de angustia.—el frunció el ceño.—Me dijo lo que abiertamente expusiste ante ella, Loriel es sensible no debiste decirle nada.—sabia que si decía algo no solo expondría a Loriel si no que agrandaría lo que mi padre quería sembrar en ella, temor, confusión e incluso odio. Loriel no podía verlo así pero claramente yo me había percatado de eso. Lo ví en ella, en su mirada.

Quería similar las historias a la que ellos tuvieron cuando se conocieron, quería que yo fuera como él al momento de tener esposa pero lo cierto es que lo único que ahora quiero es lograr que Loriel se mantenga a mi lado, que me ame solo a mi, que sea solo mía y de nadie más pues sabia que en su pasado había habido un hombre al que ama o mejor dicho al que amo.

—Si es tan sensible como dices no debería ser tu reina.—levante la vista hacia él.—Solo espero que el revolcón que hayas tenido te haya quitado las ganas por esa niña y te centres en lo importante de una buena vez.—hice un gesto al escucharlo.

—No se que es lo que estés pensando pero nada de eso ocurrió.

—No me digas.—sonrió de lado aumentando ese brillo oscuro en su mirada. Uno que antes no había visto—¿quien se negó a seguir, tu o ella?.—No deje pasar el tono de voz en esa última palabra, le regrese la mirada y me encamine hacia mi habitación.

—¡Thranduil¡.—no me detuve a pesar de sus gritos.—Necesito decirte algunas cosas ya que mañana saldré y te necesito al frente del reino.

—Siempre lo estoy, no será ninguna novedad para mi.—mi padre llego hasta a mi lado y me sujeto con fuerza del antebrazo, odiaba eso, cuando niño solía hacer eso para ridiculizarme frente a otros. Al entrar a su habitación me solté de un tirón de su ajustado agarre, su mirada no había cambiado en nada sin embargo no era como la de meses anteriores.

—Mañana como te dije saldré a otra reunión con los altos elfos, todos los elegidos estaremos presentes y no se cuantos días tardaré.—solté un suspiro cansino y abrumado, acaso no había ya hecho y deshecho todo por este reino, todo eso era más que suficiente para ganarme su confianza al momento de irse

El inicio de un amor Real©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora