"Real" fueron sus palabras de alguna vez, un amor real que el mismo vivió hace mucho tiempo.
El Príncipe Thranduil un ser frío, arrogante, calculador y con un gran conocimiento y experiencia a todo menos a algo que nunca lo vio posible. Su propio...
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Jadee con verdadero placer al sentir sus labios en esa zona matadora de la parte lateral de mi cuello, por alguna razón cada vez que Thranduil besaba esa zona me deshacía como agua en sus manos, justo como lo estaba haciendo ahora.
Sentía cada parte de él contra mi cuerpo, sentía su calor que irradiaba su cuerpo, olía su fragancia a tierra húmeda y menta, sentía claramente como acarisiaba mi cuerpo sobre este delgado vestido, sentía sus labios bajar dejando besos húmedos hasta mis hombros,sentía cada parte de él.
El mundo entero se podía ir al diablo, no me importaba nada, solo él, solo estar a su lado.
—Thranduil...—busque sus labios con desesperación, tardo poco en responder a lo que deseaba, mordió ligeramente mis labios haciéndome soltar un gemido, luego siguió por mi mentón hasta terminar en el centro de mi cuello, dejo un beso en ese lugar y dejó caer su cabeza en mi pecho.
—Todo lo que provocas en mi, todo lo que siento, lo mucho que te amo...me es increíble e imposible que también lo sientas.
—¿Porque?.—susurre, Thranduil levantó la vista hacia mi, apoyo un brazo en el suelo y con el otro acariciaba lentamente mi rostro.
—No puedo tener tanta suerte, no es posible que lo puedo obtener todo.—sonrei y tome su mano contra la mía.
—Creí que el gran príncipe Thranduil lo obtenía todo, todo lo que el deseaba.
—Lo único que deseo es inmortalizar este momento, tenerte para mí por siempre.
—Tenemos toda una gran vida por delante, muchos años solo para nosotros.—el ladeó la cabeza y sonrió de lado, conocía esa sonrisa y algo ocultaba.—¿Qué?.—pregunte divertida.
—¿Solo quieres que seamos nosotros dos?.— preguntó con brillo especial en su mirada. Bajo su mano y la colocó en mi vientre.—Ansio tú embarazo, lo hermoso que sería verte con mi hijo creciendo en tu vientre.— un pequeño escalofrío me recorrió, algo de nervios y felicidad combinadas.
—¿Quieres ser padre?.—me apoyé en mis codos al mismo tiempo que su mirada se enfocaba en mi.
—Nunca me había puesto a pensar en eso, aunque claramente para ser rey, bien me caso o engendro a mi heredero con mi prometida.—sonrío de lado.—Así que podemos apresurar las cosas.—sonrei cuando alcanzo mis labios.
— Thranduil, no haremos un bebé en el bosque.—me aleje de él y reí, también el lo hizo.
—¿Segura?.—mordió la parte de mi cuello.—Por que me muero por verte embarazada de mi.—Tomo mis piernas y las enredo en su cadera.—Te imaginas lo hermoso o hermosa que sería nuestro hijo, no tienes idea de cuánto lo amaría.— sonrei encantada y llena de ilusión al escucharlo hablar así.
—Te amo.—susurre aferrandome contra su cuerpo.
—Eso es todo lo que deseo escuchar de ti —beso mis labios con delicadeza y lentitud, el tiempo no pasaba para nosotros dos, es más, parecía que los dioses deseaban dejar este momento grabado en las estrellas, sus cabellos rubios opacos cayeron a un lado de su rostro, su exquisita fragancia me embriagó deseando tomar todo de él.
