Aliados, amigos, mentores, prometidos

Mini epílogo

Nuestra pequeña felicidad estaba empañada no solo por las injusticias que nos rodeaban sino también por los inminentes juegos que se acercaban. Cada día se hacía más difícil que el anterior, ni el tenernos el uno al otro ayudaba a soportarlo. Haymitch volvió a acompañarnos ese año aunque nada más llegar ya se sentía diferente.

En esos juegos algo pasaba, se notaba en el ambiente. Tanto mentores como vigilantes, e incluso a los propios agentes se les veía inquietos, nerviosos, como esperando algo. Con mucho esfuerzo conseguimos que Haymitch nos lo contara. Había una rebelión en marcha y Peeta y yo, sin quererlo con las bayas, la habíamos iniciado.

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Han pasado 10 años desde que acabó la guerra. Fue larga y dolorosa, en ella perdimos a familiares y amigos.

Antes de que se iniciase Snow bombardeó nuestro distrito reduciéndolo a cenizas. Gale consiguió sacar a una pequeña parte de la población antes de que arrasaran todo, sólo se salvaron las casas de la Aldea. Peeta perdió a toda su familia. Nosotros estábamos en el Capitolio cuando sucedió, ajenos a todo.

Momentos previos a que acabara la guerra mi madre murió. Estaba ayudando a unos niños frente a la casa del presidente cuando unos aparentemente inofensivos paracaídas explotaron.

Hemos conseguido no perder la cordura gracias a que nos tenemos el uno al otro.

Pero no todo son malas noticias, Prim está a punto de casarse y yo a punto de darle a Peeta una noticia, sé que le hará muy feliz aunque yo estoy aterrada. Estoy embarazada.