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Despertamos con el sonido del teléfono. Peeta va a contestar.

Cuando bajo ya cambiada él ha terminado de hablar.

- Era tu madre – me dice – tu equipo de preparación ya está esperándote.

Le doy un rápido abrazo antes de dirigirme a la puerta. Al abrirla me encuentro con Portia y el resto del equipo de Peeta a punto de llamar. Todos se quedan sorprendidos al verme.

- Nos vemos más tarde – le digo a Peeta antes de saludar a todos y dirigirme a mi casa.

En cuanto abro la puerta mi equipo viene a saludarme y se pone a hablar a mi alrededor. Yo finjo interés por lo que dicen hasta que veo a Cinna y corro hacia él.

Me abraza fuertemente. No hace falta que me diga nada, él me entiende perfectamente.

Cuando terminan conmigo se despiden de mí y mi familia.

- Nos veremos en el Capitolio – dice Cinna.

- ¿Ahora seréis el equipo de la próxima tributo? - le pregunto. Hasta este momento no había pensado en eso.

- No. Ella tendrá a su propio equipo.

- No he visto nunca al equipo de Haymitch – comento pensativa. Cinna ríe antes de contestar.

- Es que Haymitch nunca ha dejado que nadie se acerque a él. Pero Peeta y tú seguiréis con vuestros equipos. Portia y yo vestiremos a los nuevos tributos y a vosotros también. No me perderás de vista tan fácilmente – me dice guiñándome un ojo.

- No sabes lo que me alegro de oír eso. Voy a necesitar una cara amiga estos días.

Nos volvemos a abrazar y se marchan. Al momento aparece Peeta. Ambos nos despedimos de mi madre y Prim. No sabemos si luego podremos hacerlo. Al salir a la calle Peeta me da la mano, sé que lo hace para darme ánimos, no por las cámaras.

Vamos a buscar a Haymitch y los tres nos dirigimos a la plaza. Allí Effie nos indica dónde colocarnos y esperamos a que empiece.

Cuando llega la hora Effie se dirige al micrófono y comienza con su discurso habitual. Peeta aprieta mi mano, dándome todo su apoyo. No se la suelto en ningún momento. Agradezco el tenerlo a mi lado, sino me volvería loca. Con la calma que me produce me quedo ajena a todo hasta que lee el nombre del primer tributo. Laurie una niña de la edad de Prim, pequeña y desnutrida, aparentemente de la Veta. El chico, Paul, será de nuestra edad, alto y excesivamente delgado. También de la Veta. Sólo espero que su muerte sea rápida y lo menos dolorosa posible.

Peeta seca con su mano libre mis lágrimas antes de retirarnos del escenario.

Una vez que los tributos se han despedido de sus familias todos nos dirigimos al tren.

Effie se encarga de enseñarles todo, y para nuestra suerte Haymitch se ocupa de ellos esa tarde. Tengo una noche antes de enfrentarme a ellos y conocerlos. Sollozo en los brazos de Peeta hasta caer rendida por el agotamiento.

Llega el día y ya no puedo retrasar el momento. Tomados de la mano vamos a desayunar y allí están los dos. Paul no muestra ninguna expresión en su cara, parece resignado a su inminente muerte. Laurie tiene la cara roja e hinchada, síntoma de haber llorado toda la noche. No la oí, y aunque suene muy egoísta me alegro. Eso me habría matado.

- No comáis demasiado, os sentará mal – les sugiero al verlos atiborrarse de comida – lo digo por experiencia. Sé que es muy tentador ver toda esta comida pero si no queréis terminar echándola os recomiendo comer con calma y sin pasarse. Tenéis muchos días para disfrutarla.

Aliados, amigos, mentores, prometidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora