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Salgo para la cena, sólo por Effie, Paul y Laurie. No tengo ninguna gana de ver a Haymitch y a Peeta. Portia y Cinna no se reúnen hoy con nosotros.

Intentamos que nos hablen de sus entrenamientos pero no conseguimos que suelten más de dos o tres palabras. Al final nos rendimos y continuamos cenando en silencio.

Noto que Peeta no deja de mirarme pero lo ignoro.

Al acabar decido distraerme viendo la televisión, Peeta me sujeta del brazo antes de salir del comedor pero me suelto de malas formas.

Me encuentro allí a Paul. Parece relajado, aprovecho y conversamos un rato. Al estar solos se abre un poco y me cuenta alguna cosa sobre él.

Me comenta lo mal que se le dan las armas y la lucha. Consigue encender fuego sin problemas y distinguir algunas plantas comestibles pero poco más.

Al oír a Haymitch acercarse se despide y se va a su cuarto.

- ¿Qué? ¿Tratando de darle celos a Peeta por venganza? - me dice.

- ¡¿Qué estás diciendo?! - le chillo.

- ¿Te crees que no te ha visto hablando con Paul?

- Que tonterías estás diciendo. ¿Has bebido?

- Puede que un poco. Lo siento – dice poniéndose serio – necesitaba beber. Y sabes que bromeo con lo de Paul. Ya se pone bastante celoso Peeta cada vez que tienes a Finnick a tu alrededor sin que tu hagas nada.

- Sigues diciendo tonterías.

- No. Esto es cierto. Como también es cierto que has tenido celos de Peeta y Johanna.

- ¿Qué? No.

- Vamos Katniss, a mi no me engañas. Te he visto mirándolos. Pero puedes estar tranquila, él no quiere nada con nadie que no seas tú, en cuanto a Johanna, bueno, ... sólo intenta molestarte. Ella es así, ya la irás conociendo. No es mala persona pero le gusta divertirse y si es a costa de otros mejor.

- Pues que maja.

- Con el tiempo se le coge cariño. Creo que ella y tú podríais ser grandes amigas.

- Lo dudo mucho.

- No sois tan diferentes. Ambas aparentáis ser muy duras aunque la realidad por dentro sea otra. Katniss, no olvides todo por lo que el resto de mentores ha pasado. Ya sabes a que les obligan a algunos. Otros perdieron a toda su familia, como ella. Unos son adictos a la morflina como los del 6, otros a la bebida como Chaff y yo. Cada uno sobrevive como puede. Llevo muchos años aquí y he oído sus historias, te seguro que no debes juzgarlos sin conocerlos. Y ahora, hay alguien que lleva horas intentando hablar contigo. No seas dura con él.

Se marcha y voy a mi cuarto a ducharme. Debo hablar con Peeta, de nuevo he pagado mis frustraciones con él. No entiendo como me aguanta. Me pongo ropa cómoda y llamo a su puerta. No contesta pero decido entrar por si está en la ducha, nada. Reviso toda la planta y no hay rastro de él. Sólo puede estar en un sitio, el tejado.

Cojo un par de mantas ya que suele refrescar a estas horas. Efectivamente allí está. Sentado en el suelo, apoyado contra la pared. Le tiendo una manta y me siento a su lado envuelta en la otra.

- Siento haberte tratado así – le digo.

- No pasa nada.

- Si que pasa Peeta. Siempre te trato mal o te grito y tú nunca te enfadas.

- ¿Y eso es malo?

- Si. No puedes dejar que me comporte así. Al menos contigo. Eres el único que soporta mis cambios de humor, siempre me ayudas y me apoyas. No es justo.

Aliados, amigos, mentores, prometidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora