17- EL ESPEJO

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Suma corre por los túneles probando en cada puerta que encuentra las llaves. Finalmente da con la puerta, la abre, y ve los espejos. Comienza a recorrer el laberinto de ellos, mirando detenidamente cada uno, así está un rato largo buscando al espejo indicado. El Atlatal lo habia colocado en el carcaj más pequeño, lo saca y coloca un dardo en él. Mira con cuidado cada espejo, ya que no sabe diferenciar cuál es el que lo lleva a su destino. Solo asoma su cabeza para ver del otro lado y cada vez que pasa su cabeza escucha un zumbido bajo y siente una presión terrible. Pero eso no es impedimento para encontrar el espejo indicado. Suma sigue con su búsqueda hasta que en un momento, desalentado, mira a su alrrededor y ve que son más espejos de lo que él recordaba. Se sienta un momento en el piso y trata de visualizar cómo era la habitació cuando vino con Iquiqu. Pronto ve la imagen mental del cuarto. Respira hondo, se se levanta con los ojos cerrados, vuelve a respirar hondo, libera la mente y comienza a caminar según su recuerdo.
- Sumaaaaa.... - escucha.
Se dirige hacia la voz, caminando despacio.
- Suuummmaaaaaa...... - vuelve a escuchar.
Corrige la dirección y sigue el sonido.
- Suuummaaa..... vennn......por... aquí....- escucha decir, mientras se guía por la voz. - Siii... vas ... por el camino correcto.... mas adelante!
Abre los ojos y tiene al frente el espejo. Mira bien de cerca para cerciorarse que sea el correcto. Y luego presta atención a la estructura que soporta al espejo. El marco está compuesto por distintas maderas de tonos oscuros encastradas unas a otras de manera tal que no necesita ningún tipo de pegamento o tarugo de sujeción. Los dibujos están cortados y su continuación es en otro pedazo de madera. Le da la impresión que el espejo se cayó una vez y que su marco se rompió, alguien lo armó y no lo hizo correctamente.
- Suuuummmmaaaaaa! ..... pasaaaa.... - escucha decir.
Respira hondo, se asegura que el atlatal esté cargado, revisa de tener a mano el hacha y luego se acerca al espejo lentamente. Algo en su interior le da una alarma, que no pase, que así no está bien, que es una trampa. Se detiene en seco. Intenta ver del otro lado. Sólo ve oscuridad.
Da un paso pra atrás, decide ver del otro lado del espejo, para su sorpresa los encastres los veía forzados, unos pequeños relieves le daban la pauta que las piezas estaban mal colocadas. Estira la mano para tocar el reverso de una de las piezas. Y siente una fuerza en su interior que lo empuja a sacar un grupo de piezas, como si él no tuviera el contrl de su propio cuerpo. Con asombro espantoso, observa cómo sus manos quitan un conjunto de cinco piezas, lo que provoca que el espejo se caiga y se desarme en su totalidad.
- Noooooo!!..... - grita - ¿Qué he hecho? ...- dice agarrándose la cabeza angustiado.
Pronto como si una luz iluminara su cerebro, se arrodilla y comienza a rearmar el marco en el suelo. Separando primero los vidrios de la madera, para armar primero el marco y luego el espejo. Se sienta en el suelo y observa las formas y como si cada pieza se iluminara, Suma comienza a armar el marco. Cada pieza encastra suavemente y a la perfección. Con cada encastre las piezas colocadas correctamente se van soldando entre sí, como si volvieran a ser una. Más rápido de lo que pensaba, termina de armar el marco. Lo pone de pie y descubre que los dibujos cortados antes, ahora formaban una historia. Una historia de amor y lucha. De celos y muerte. Al final, al pie del marco, una sola palabra: "Alaxpachankiri"
Da la vuelta al marco y del otro lado ve una inscripción.
- Mga pulthan-abli sa imong kaugalingon sa unahan, sa pag-agi -Lee en voz alta (puertas del mas allá, abrete para poder pasar. Cebuano)
De pronto ve cómo el vidrio se levanta del suelo y se arma perfectamente. Las piezas se funden, dejando ver un reflejo impecable, brillante y muy claro. Suma toma su atlatal cargado y con cuidado pasa una mano através de él. El espejo reacciona como si fuera un líqudo, el paso de su mano dejó ondas qud rebotan en el marco y vuelven al centro a concentrarse y desaparecer.
Respira hondo, cierra los ojos, agarra fuertemente el atlatal, y da un paso decidido a entrar al espejo. Éste vibra intensamente cuando el cuerpo de Suma y lo siente, se siente como si él fuera parte del espejo, siente que se sumerge en una pileta, pero el agua no lo moja. Su corazón late fuertemente y siente la vibración en él, causándole una punzada muy dolorosa. Pero insiste en seguir pasando. A su frente solo ve una fuerte luz que lo ciega, de todas maneras continúa avanzando, aguzando sus otros sentidos en estado de alerta. Con cada paso siente una presión que no sabe a qué atribuirle. No es una presión corporal, es más bien como si fuera algo espiritual. La luz se hace más intensa, cierra fuertemente los ojos y agudiza aún más los otros sentidos. Siente un murmullo ininteligible que le molesta en el oido y con cada paso que da la presión se siente aún más. Sus brazos se tensan y espera un ataque de cualquier lado, su otra mano sostiene con fuerza el hacha. Siente sus piernas pesadas, pero no se deja vencer. Sigue caminando, intenta abrir un poco los ojos, pues siente que la intencidad ha cedido un poco. Lo que consigue ver son sombras difusas, pero a medida que se acerca a una lanza un dardo, imaginando a la distancia que está y cuál podría llegar a ser un punto débil de esa figura. Para su sorpresa, en todos dio en el blanco, fulminando de un tiro certero a su posible contrincante.
Suma se daba cuenta que le había dado ya que la presión cedía por cada uno que mataba, y el murmullo constante se callaba por un momento al fallecer uno. Así avanzaba lentamente. Poco a poco su vista se fue adecuando a la extremidad de la luz y comenzó a ver un patrón. Una regularidad en el lugar.
Lo primero que notó es que Manqhapacha no es como se lo imaginaba. Y eso fue una sorpresa mayor aún. Sabía que era el territorio del diablo, del Jaldabaoth y de todas las cosas malas que existan, pero su mayor sorpresa fue encontrar un lugar muy, pero muy distinto al descripto por los libros.
No había ríos de lava. No había olor a azufre. No había oscuridad total y gente atormentada. No había un paisaje monótono y desértico. Poco a poco comienza a ver mejor, y ya la luz no le molesta.
Se dio cuenta que el portal del espejo quedó muy lejos, que avanzó mucho y muy lejos de él para volver, se dio vuelta para ver que tan lejos estaba, cuando un grupo de perisas le dan ataque. Suma saca el hacha y con gran destreza y velocidad va matando una a una. Mira su brazo, solo han conseguido hacerle un rasguño, pero lo ve bastante inflamado, pese a ser algo tan superficial.
Se encuentra con Abraehl, bella, muy bella como ella siempre sabe estar.
- Hola guapo! ... ¿Que te trae por aquí?..- le dice con voz cálida, melodiosa y sensual.
- ¿Dónde está Kori?... -le reclama Suma.
- ¿Kori?... ¿Qué Kori?...- le contesta sorprendida.
- Dime dónse está! - dice con ira contenida y sacando una lanza grande clavándola en el cuello, pero sin hacer aún daño.
- No conozco a esa Kori, pero si quieres yo te puedo consolar... ella te abanonó!..- le responde audaz, coqueteando y no temiendo por su vida.
- Dime dónde está!... - le dice con más furia y le clava la punta dejando ver un pequeño hilo de líquido de extraño color rojizo.
- Tu sabes que ella te abandonó!... yo te puedo complacer..!... olvidala a ella, yo te haré feliz..!!
Suma conciente en todo momento del lugar en el que se halla le dice.
- Noooooo!!!..... Muere!!!.... y le clava la lanza en el cuello en reiteradas ocasiones.
Abraehl emite un grito extremadamente extridente, tan fuerte y agudo que Suma tiene que taparse los oidos.
Al poco comienzan a llegar pequeños demonios que lo atacan, sin darle tiempo a pensar, comienza a defenderse golpeando a muchos con el atlatal en una mano y con la otra les da con el hacha.
Con el batifondo comienzan a llegar ya demonios y seres de Manqhapacha de más rango y cada uno trata de detener a Suma, pero como si sacara fuerzas de la nada, va derrotando a cada uno lentamente.
Los sobrevivientes están con contunsiones severas, quebraduras y cortes importantes comprometedores.
- A ver!... Quien mas?... - dice amenazante y jadeante Suma en una actitud muy fiera.
Ninguno de los presentes se atrevía a oponérsele, llenos de terror.
- Já... estos son los demonios?... ¿Dónde está Kori? - le pregunta furioso a uno, alzándolo agarrado de la piel del pecho, muy cerca de su rostro demoníaco.
- No ..... sé..... quién..... es...- dice el demonio titubeante.
- ¡¿Cómo no sabés quién es?!...- le grita en la cara - Es la chica que ustedes raptaron de Arajpacha junto con una aldea completa!!! - dice fuera de sí.
Le da un golpe con el atlatal que lo deja tirado en el suelo inconsiente.
¿Qué lugar es este...? - se pregunta Suma- no parece el lugar que estos seres son... está muy limpio y arreglado... qué estraño!.... algo en todo esto no está bien.... - se dice para sí, mientras avanza por un camino muy limpio y de brillantes colores con diseños extraños, pero a la vez fascinantes.
- Esto no parece el lugar a donde debo estar!... - se dice a media voz - pero ... a la vez.... los demonios y todos loque que me quisieron atacar parecen ser del lugar en donde debo estar.... - dice mientras observa todo a su alrrededor. Y ve que los demonios menores le temen, escondiéndose o haciendose simplemente a un lado, para dejarlo pasar.

MACHATA: El encuentro con los DiosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora