Mi pequeña destrucción

Problemas técnicos, gente hipócrita y sueños rotos.

A veces tan solo nos paramos a pensar en nuestros problemas y nos repetimos una y otra vez que son los peores del mundo hasta que nos damos cuenta de que hay personas que lo estan pasando mucho peor, haciendo así que nos demos cuenta de que nos preocupamos por cosas insignificantes y es en ese momento cuando nos damos cuenta que de verdad debemos apreciar lo que tenemos, lo que de verdad está con nosotros porque quizás hoy están aquí y mañana... mañana no lo sé. Nos paramos a pensar en lo que debería ser mejor para nosotros mismos, lo que de verdad merecemos y no nos damos cuenta de que la mayoría de las cosas las tenemos ya en nuestra vida.
Las personas no somos iguales. Todos tenemos nuestros más y nuestros menos, pero vivimos en un mundo en el que un lío de una noche supera a una relación de un año, en el que los sentimientos a diario son chafados por la hipocresía y la prepotencia de los demás. En el que o decides si seguir luchando o abandonar el juego. En el que importa más lo que digan lo demás sobre ti que lo que opines tú mismo sobre ti.

Sinceramente me da asco. Me da asco convivir con gente así. Me enseña a no creer en los sueños, a no creer en las ilusiones, a no tener fe. Y eso, eso es algo que debemos cambiar no solo por uno mismo sino por los demás en conjunto. Porque aquí de vivir se muere, de reír se llora y de sentir... se arrepiente.