A veces, siento que hay algo en mi mente, algo que me desestabiliza de mi lugar. Unos lo llaman conciencia, otros remordimiento... Yo lo llamo demonios internos.
Sí, aquellos que o bien te sacan de un apuro, o bien te meten en uno. Nunca sabes cómo o cuándo te pueden sorprender. Sabes que están ahí, esperando el momento preciso para atormentarte o para salvarte... Para demostrarte lo que eres, para abrirte los ojos... o para encerrarte en una burbuja de la que te será muy difícil salir. A veces, no puedes controlarlos, su poder es tan fuerte que ciega tus pensamientos. Otras veces, te empujan un poco para que continúes caminando. A decir verdad, son como mis mejores amigos... Siempre están ahí, conmigo, pase lo que pase para guiarme o para darme una lección y aprender de la vida. De esta vida tan injusta que nos han regalado. Pero quizás sea el mejor regalo que nos vayan a poder dar jamás. La oportunidad de vivir solo la tenemos nosotros y somos los únicos capaces de cambiar, de elegir qué camino escoger. Sobre todo, de ser felices.
Nosotros somos nuestro primer y mayor enemigo, porque luchamos con nuestros demonios internos. Nosotros somos los únicos de decir si convivir con ellos o declararles la guerra. Y créeme que... no me arriesgaría a enfadarlos.
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Mi pequeña destrucción
CasualePoco a poco, pequeños pedazos son capaces de unir un corazón roto. Para aquellos que aman la vida pero a veces se pelean con ella. Para aquellos que buscan su alma gemela. Para aquellos que buscan una vía de escape. Bienvenidos a mi mundo, bienve...