Mi pequeña destrucción

Ya es hora.

Quién sabe la de veces que alguien habrá dicho; "estoy bien", cuando en su interior había un océano revuelto lleno de tormentas y naufragios del que se le es imposible escapar. Quién sabe la de veces que alguien habrá llorado solo, en su habitación, preguntándose el maldito por qué de las cosas que pasan en su vida. Quién sabe la de veces que alguien se habrá arrepentido de sus acciones o de sus pensamientos. Quién sabe la de veces que alguien habrá pensado que es un desastre o un estorbo. Quién sabe la de veces que alguien se habrá echado la culpa de su propia existencia. Quién sabe la de veces que... pensamos en volver atrás en el tiempo para cambiar aquello que hoy en día nos hace tanto daño.

Pues bien, me incluyo.

Si pudiera ahora mismo viajar al pasado y cambiar la mitad de cosas que he hecho en mi vida, quizás mi futuro sería mejor, pero para algo están los errores, para aprender de ellos.

Y sí, puede que tu vida sea una mierda en estos momentos, puede que te eches la culpa de cosas que hayan o estén pasando, pero créeme que la vida es demasiado corta como para pasársela arrepintiéndose y llorando por esas malditas preguntas que constantemente te haces. "¿Y si pudiera haber hecho lo contrario?"; "¿y si hubiera llegado a tiempo?"; "¿y si lo hubiera evitado"; "¿y si lo hubiera intentado?"; "y si...?". Para poder dejar de preguntarse esto, hay que arriesgar y poner la mano en el fuego de vez en cuando. Actuar en lugar de tanto pensar las posibilidades que tendrías. Actúa, repito, actúa. Hazlo antes de que sea demasiado tarde. No habrán más oportunidades. No habrá un mañana lleno de color si no te esfuerzas en tu presente. Puedes hacer algo. Puedes cambiar. Pero si no das el primer paso, no podrás hacerlo. El pasado es el pasado, y no puede cambiarse... Por eso mismo del él debes aprender, para bien o para mal. Quizás haya más recuerdos malos que buenos, pero de esos recuerdos están las enseñanzas. Y no siempre puedes hacerlo solo. La familia y los amigos, los verdaderos, están ahí para levantarte cuando caigas y... cuando no puedas levantarte, se quedarán contigo hasta que lo hagas. Las cosas no se consiguen sin esfuerzo, nada llega porque sí, las cosas buenas no lo hacen jamás. Y por mucho que trabajes duro, si algo no consigues, sigue intentándolo, no te rindas. Por favor, no lo hagas.

Y sí, créeme cuando te digo que... en esta vida no hay terceras oportunidades, apenas hay segundas... Vive por tu felicidad, aunque suene egoísta ya que a fin de cuentas... eres el único que pasará la vida a tu propio lado siempre. Aprovecha todo lo que tengas hoy, porque quizás mañana lo pierdas. Sonríe un poco más al mundo, muestra tu fuerza, muestra tus seguridades, tus ganas de decir: "Estoy aquí y no me volveréis a ver caer". Muestra de una maldita vez a tus malditos demonios internos que, muchas veces, ellos pueden perder.