Capítulo IV: Deslices

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Danny

El jefe de policía Bertley era un señor cuarentón y algo pasado de peso. Tenía un bigote incipiente, y las canas de su cabello estaban cubiertas por su gorra. Cuando notó mi presencia y la de Valerie nos hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos a él, de mala gana, claro está. Él era otro de los muchos que sentían que no era correcto dejar a unos mocosos hacer un trabajo que debería ser exclusivamente para "adultos". Cada vez que un fantasma atacaba la ciudad, me veía en la obligación de tener que tratar con el jefe de policía. Así que estaba bastante seguro al decir que yo no era precisamente una persona grata para él. Ni el para mí, por supuesto. Si lo oía llamarme "niño" una vez más...

Llegamos frente a él y nos miró como alguien que está harto de observar las mismas caras una y otra vez. El sentimiento era mutuo, a decir verdad.

-Escucha, niño. Los médicos forenses ya están dentro, y por alguna extraña razón quieren que tú examines la evidencia.- Lo dijo como si no tuviese sentido alguno, y lo observé con confusión.

-Ya lo sé... Yo tampoco lo entiendo. Pero como no puedes discutir con esos busca-recompensas, será mejor que entres de una vez.- Luego nos dio la espalda y un policía le entregó una forma para llenar. Valerie y yo compartimos una mirada, y luego entramos al lugar.

Nunca había visto una escena del crimen, al menos no una en la que un hombre muerto estuviese involucrado. Entramos al enorme edificio de los Laboratorios Axion, y el aire comenzó a sentirse pesado a mí alrededor, como si de alguna manera el miedo de aquel pobre hombre hubiese quedado impregnado en el ambiente.

Finalmente nos acercamos a una de las salas de investigación del Laboratorio, aparentemente era el cuarto más grande del lugar. Estaba encintado por completo para evitar el paso de alguien. La verdad es que me puso algo nervioso ver a tantas personas vestidas con los trajes que usan los médicos forenses. Estaban por todas partes. Algunos sacaban fotografías y otros parecían examinar evidencia en lugares demasiado rebuscados.

Un rincón en particular del cuarto parecía llamar la atención, cuando me fijé en ese punto en específico, vislumbré el enorme charco de sangre que cubría el suelo. Valerie de pronto perdió el color de su rostro.

-Entonces no te gusta ver sangre.- Dije tratando de sonar comprensivo.

-En realidad sólo te pidieron a ti que vinieras, yo... Será mejor que espere afuera.- Asentí. Cuando ella se fue casi corriendo, uno de los forenses me abordó de inmediato.

-Danny Phantom, a pesar de las circunstancias, es un verdadero placer.- Dijo el hombre cordialmente mientras estrechaba mi mano.- Ahora será mejor que vayamos al meollo del asunto, si no te molesta.- El hombre me condujo hacia aquel rincón manchado con sangre. Luego me mostró unas fotos, y en ellas aparecía el hombre salvajemente asesinado y embarrado de rojo. Sentí mi garganta cerrarse ante la crueldad de aquellas imágenes. Definitivamente tacharé la medicina de mi lista cuando postule a la universidad.

-Su nombre era Charles White, de cincuenta años, casado y padre de dos hijos, uno de los mejores científicos de la empresa.- Comenzó narrando él para que me pusiera al corriente. – Se había quedado trabajando hasta tarde en una investigación especial, que al parecer era un gran secreto.

-¿Quién pudo haber hecho esto?- Pregunté sin pensarlo.

-Esperaba que tú pudieses sacarme de la duda, jovencito. Considerando que tú tienes un pleno conocimiento en el área fantasmagórica.

-¿Qué es eso?- Dije apuntando a una mujer que pasaba con un enorme cuchillo embarrado con sangre en una bolsa plástica.

-La evidencia, suponemos que esa fue el arma homicida.- Algo no encajaba en todo esto. Y se lo hice saber.

Danny Phantom: Cursed from the AshesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora